Un equipo de investigadores del CONICET, junto con colegas nacionales e internacionales, ha anunciado el descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio carnívoro.
Dicho animal habitó la región de lo que hoy es la provincia de Neuquén hace aproximadamente 83 millones de años. El hallazgo fue publicado en la revista BMC Ecology and Evolution.
La nueva especie, denominada Diuqin lechiguanae, pertenece al grupo de los terópodos, dinosaurios bípedos y en su mayoría carnívoros. Más específicamente, ha sido clasificada dentro de los unenlaginos, un grupo de terópodos estrechamente relacionados con los ancestros de las aves.
Este descubrimiento es significativo por varios motivos. El hallazgo de dinosaurios terópodos es poco frecuente. Especialmente los terópodos de pequeño a mediano tamaño con huesos delicados y frágiles son aún más difíciles de encontrar.
Además, los unenlaginos son extremadamente escasos, por lo que cualquier nuevo fósil de este grupo proporciona valiosa información anatómica y sobre la diversidad de estos dinosaurios.
Los restos fósiles fueron encontrados por Juan Porfiri, paleontólogo de la Universidad Nacional del Comahue y líder del estudio, y Gastón Garat, en una zona cercana al Lago Barreales, en un istmo que lo separa del Lago Mari Menuco, en el centro-este de Neuquén. Durante la exploración, primero se encontraron astillas de hueso de un dinosaurio saurópodo y, muy cerca, aparecieron los restos de Diuqin lechiguanae en un área relativamente pequeña.
El nombre Diuqin proviene del Mapuzungun, la lengua del pueblo Mapuche nativo de la región, y significa “ave de presa”. La segunda parte del nombre, lechiguanae, se inspira en “Lechiguana”, el nombre de la bruja en la película argentina de 1975 “Nazareno Cruz y el lobo”, dirigida por Leonardo Favio. Así, el nombre completo de esta nueva especie se traduce como “el ave de presa de Lechiguana”.
Con información del CONICET