El Banco Central de la República Argentina (BCRA) no modificaría la tasa de política monetaria tras el dato de inflación de mayo que mostró una variación de precios del 7,8%.
Así se desprende de un estudio de la consultora Ecolatina que sostuvo que, “luego de tres meses en rojo, en mayo la tasa de interés real fue positiva”. El informe firmado por Santiago Manoukian conjeturó que este resultado “le resta argumentos al BCRA para volver a subir la tasa en el corto plazo”.
El trabajo explicó: “Si tomamos el nivel de la tasa de política monetaria de mediados de mayo (pasó de rendir 7,6% a rendir 8,1% mensual), la tasa real fue positiva en 0,3 puntos. De tomar la tasa al inicio de mayo (7,6%) perdió contra la inflación por 0,2 puntos”.
El Directorio del BCRA se reunirá hoy en el habitual encuentro de los jueves y, en consecuencia, hay pocas posibilidades de cambios. En el Ministerio de Economía también dijeron que la tasa no se modificaría.
Sostener una tasa de interés real positiva es una de las exigencias que mantiene el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de retener el dinero en los bancos y desalentar una dolarización.
Al analizar la continuidad del proceso inflacionario en curso, Ecolatina marcó: “En junio impactarán puntualmente los aumentos en electricidad -el ENRE aprobó incrementos del 11% para el Nivel 1 (ingresos altos), 24% para el Nivel 3 (ingresos medios) y 36% para el Nivel 2 (ingresos bajos)-; subtes (+10,5%); colectivos y trenes (+8,6%); prepagas (+5,5%); colegios privados (+11,1% en CABA y 7,5% en la provincia de Buenos Aires); servicio doméstico (+6%); combustibles (+4%); internet, telefonía y cable (+4,5%) y, como viene sucediendo, alquileres (la actualización anual será de 100%)”.
Ante este escenario, puntualizó que “el cierre de mayo -el IPC Ecolatina desaceleró 1,5 p.p. en la segunda quincena del mes respecto a la primera- y el comienzo de junio indican que la desaceleración continuaría este mes, aunque se habría consolidado un nuevo piso en la zona del 7%”.
Entre sus conclusiones la consultora sostuvo: “Más allá de alguna desaceleración puntual, en adelante seguiremos viendo una elevada, persistente e inestable inflación, alimentada por una fuerte inercia, creciente indexación y acortamiento en los plazos de los contratos, junto a la incertidumbre propia de la transición electoral y la falta de anclas, un crawling peg que no podrá despegarse demasiado de la tendencia de los precios y paritarias que ejercerán presión en un año electoral”.
“Por lo dicho, no esperamos una tendencia sostenida hacia la desaceleración, con un 2023 que tendría un piso de inflación en torno al 135%”, remató el trabajo.