El piquetero oficialista Emerenciano Sena, su esposa y su hijo están presos por el posible asesinato de la joven de 28 años. Fotos y testimonios, abonan una trama vinculada al poder, según un informe de La Nación.
El rastro de Cecilia Strzyzowksi, de 28 años, se perdió el jueves 1 de junio, en el barrio 500 Viviendas, de Barranqueras, en el cordón suburbano de Resistencia. Allí se despidió de su tía abuela y se subió a la camioneta Toyota Hilux de su pareja, César Sena, hijo de un matrimonio de enorme poder en el Chaco que lidera un grupo piquetero y mantenía una estrecha alianza con el gobernador peronista Jorge Capitanich.
El paso de los días alarmó a la familia de Cecilia, que denunció en la Justicia y en público que temía lo peor: que la joven fue asesinada. La conmoción social se disparó el viernes pasado cuando la Justicia ordenó la detención de Emerenciano Sena, su esposa, Marcela Acuña, y el hijo de ambos, César Sena (de 22 años). Sospechan que el joven la mató y sus padres ayudaron a ocultar el cuerpo y esconder pruebas. Nuevas órdenes de detención se libraron en las últimas horas, siempre contra personas del entorno del clan Sena.
Un registro visual conocido en las últimas horas la muestra a las 9.15 del viernes 2 entrando a la casa de la familia en Santa María de Oro 1460, de la capital provincial. No hay registro de salida.
¿Quiénes son los Sena?
Emerenciano Sena se conoce como el piquetero más poderoso de la provincia desde los años 90. Lidera una organización social bautizada con su nombre. Su influencia creció de manera notable con la llegada de Capitanich al gobierno provincial en 2007. La relación entre ellos fue tan estrecha que Capitanich fue padrino de su boda con Marcela Acuña en 2014. El matrimonio Sena-Acuña figura en una boleta colectora del gobernador para las elecciones primarias que se celebrarán el próximo domingo en el Chaco. A partir de su detención el peronismo local se apuró a pedir a la Justicia que los invalide.
El foco se posó sobre ellos la semana pasada a medida que la familia de Cecilia alzaba la voz. El sábado 3 Cesar Sena participó de un acto de campaña en el barrio Obrero de Colonia Elisa. Hizo declaraciones a la prensa y en imágenes periodísticas se ve que tiene rasguños en el cuello. Al día siguiente acompañó a su madre a otro acto de campaña en una discoteca de Resistencia.
El caso a la Justicia
El lunes 5, por la mañana, quedó registrada la última conexión de Cecilia en su cuenta de WhatsApp, según el expediente judicial. Al día siguiente, en alerta por la falta de respuestas, la tía abuela de la joven presentó la denuncia de desaparición en la Comisaría Quinta de la capital.
El caso quedó a cargo del fiscal de violencia de género Jorge Cáceres Olivera, que activó el protocolo de presunto femicidio. En las primeras horas de la investigación quedó descartado que Cecilia hubiera salido de la provincia en algún transporte público.
Entre los primeros testigos citados estuvo César Sena, en función de que era la última persona con quien se vio a la joven desaparecida. Llegó a la comisaría el jueves 8, custodiado por militantes de la organización social Mujeres al Frente, que conduce su madre.
Hubo disturbios en el edificio cuando los seguidores de Sena entraron a la fuerza para obstaculizar el testimonio de Fabiana González, una colaboradora de la familia Sena. Fuentes judiciales indican que relató haber tenido una discusión con Cecilia el viernes 2, cerca de las 10, que ella después se fue a pie de la casa de sus padres y nunca más volvieron a hablarse. Dio datos de horarios y movimientos que no coinciden con lo que registraron las cámaras de seguridad. Al salir lloró ante los medios y rogó porque su pareja “esté bien y aparezca pronto”.
Al día siguiente el fiscal ordenó allanar la casa de los Sena y secuestró cuatro automóviles de la familia. Se incautaron también de una sierra de carnicero, un machete, municiones y billetes por más de $6 millones.
Mientras ocurría el procedimiento Acuña hacía declaraciones a los medios, en defensa de su hijo y con airadas quejas por la acción ordenada por el fiscal. “Esto no puede ser. Voy a hablar con el gobernador”, decía.
Horas después fue detenida junto a su marido y la colaboradora de ambos Fabiana González. A César Sena no lo encontraron en ese momento y se ordenó su captura internacional. Cercado por la policía, el joven se entregó el sábado a primera hora.
En los videos de las cámaras de seguridad que obran en poder de la justicia, se observan movimientos extraños de César Sena y Gustavo Obregón (ambos detenidos) ingresando a los vehículos con bolsas negras fuera de la casa familiar.
¿Qué otras pruebas fueron halladas?
El domingo la Justicia ejecutó un megarastrillaje en un campo en Puerto Tirol (una zona rural de las afueras de Resistencia) donde Emerenciano Sena tiene un criadero de animales. Se secuestraron más vehículos y herramientas. Y ya hay siete detenidos por la causa.
Una empleada de los Sena, encargada de prensa, se presentó el lunes en un programa de televisión a denunciar que tenía en su poder mensajes incriminatorios. Exigía protección policial. Dice que Acuña le avisó el 2 de junio que había tenido que cambiar el teléfono porque “se le había mojado”. Y le pidió que hiciera cambios en la cuenta de Facebook de la organización piquetera que le resultan sospechosos a la luz de los sucesos que después se conocieron.
¿Qué dice la familia de la víctima?
“Quiero el cuerpo de mi hija”, clamó Gloria Romero, madre de Cecilia, que da por hecho que a su hija la asesinaron y que los Sena son responsables. El 2 de junio a un grupo de personas que decía trabajar con los Sena alertó a la familia que “algo malo le habían hecho a Cecilia”. Ahí se desató su desesperación.
Relató: “El viernes 1 recibo un mensajito que decía que Cecilia tenía el teléfono roto. César era el que se comunicaba con mi mamá y con mi sobrina; no se comunicaba conmigo porque yo no tenía su teléfono, me comunicaba con Cecilia. El viernes, César le dice a mi sobrina: ‘Estoy en Buenos Aires, mañana vamos a viajar a Ushuaia y el domingo estamos en el fin del mundo’. Y a mi mamá lo mismo: ‘Estamos en el Obelisco, estamos paseando’. Y el lunes empiezo a pedir una señal de vida, que yo no quería mensajes de texto, sino que ella me hablara y me dijera una frase: ‘Mamá, estoy en Ushuaia y estoy bien’. Y ahí se cortó toda comunicación”.
Una fuerte movilización social acompaña el reclamo de la familia. El domingo hubo una marcha multitudinaria en el centro de Resistencia y podría haber nuevas manifestaciones en los próximos días.