Consentimiento, anticoncepción y prevención de ITS (infecciones de transmisión sexual). Según especialistas, estos son los tres temas que -como mínimo- los y las adolescentes deberían tener claros al momento de su iniciación sexual.
En Argentina la estadística oficial tiene más de diez años: según la Encuesta Nacional sobre Salud Sexual y Reproductiva del Indec (publicada en 2013), la edad promedio de la primera relación sexual en mujeres es de 17,3 años; mientras que para los varones es de 16.
Analía Urretavizcaya, psicóloga y sexóloga del equipo de Sexología Clínica del Hospital de Clínicas, destacó que al no ser actuales “las estadísticas contemplan perspectivas de género antiguas y no toman en cuenta la actual influencia de Internet en los adolescentes”.
Hecha la aclaración, añadió que la iniciación sexual es más anticipada para los varones que para las mujeres y que tienden a ser más frecuentes las relaciones entre pares, con diferencias de alrededor de dos años como máximo.
María del Carmen Tinari, ginecóloga infantojuvenil y miembro del Comité Científico de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil, aseguró que “los y las adolescentes se inician sexualmente a edades cada vez más tempranas”.
Así, mencionó una investigación llevada a cabo desde la SAGIJ y la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción (AMAdA) entre los años 2017 y 2018, donde el promedio de edad de inicio de relaciones sexuales en adolescentes mujeres de Argentina fue de 13 años.
La desinformación
Según los datos más recientes de la Dirección de Estadísticas e Información en Salud (DEIS), dependiente del Ministerio de Salud de La Nación, 71.741 adolescentes tienen una hija o hijo cada año y 7 de cada 10 de estos embarazos no han sido intencionales. Entre las niñas menores de 15 años, 8 de cada 10 no son intencionales y, en buena medida, estos han sido consecuencia de abuso y violencia sexual.
Urretavizcaya sostuvo que las principales dudas de las y los adolescentes “rondan en torno al conocimiento del propio cuerpo, los métodos anticonceptivos -incluida la anticoncepción hormonal de emergencia-, el dolor en las relaciones y aspectos de la respuesta sexual, tales como la penetración, el orgasmo y la eyaculación”.
María Laura Lovisolo, ginecóloga infantojuvenil y miembro de la Comisión Directiva de la SAGIJ, puso a los métodos anticonceptivos en la cima del ranking de los temas que se llevan al consultorio. Como contracara, lamentó que “no son muchos los que se interesan por el modo correcto de evitar las enfermedades de transmisión sexual, independientemente de la orientación sexual que tengan”.
Otros motivos de consulta en relación con el inicio de relaciones sexuales, agregó, son “las dudas en torno al nivel de satisfacción esperable con respecto a la respuesta sexual, el uso de lubricantes, el temor al dolor durante la penetración y si la práctica del sexo oral comparte los mismos riesgos que tener relaciones por vía vaginal”.
Prevención
Entre los puntos que las y los jóvenes deben tener en cuenta con información confiable, Lovisolo destacó “los medios para prevenir ETS (enfermedades de transmisión sexual) y embarazos no intencionales (métodos anticonceptivos y anticoncepción de emergencia)”.
En este contexto, hizo hincapié en la necesidad de profundizar el conocimiento de los métodos de barrera, es decir, preservativos y campos de látex, como medio para prevenir las ETS.
Además, afirmó que “es muy importante que ambas partes brinden consentimiento sin presión ni manipulaciones” y que para ello “se sugiere que conversen previamente al encuentro sexual sobre qué están dispuestos a hacer y respeten los límites de cada uno”. “Deben tener en cuenta que siempre se está a tiempo de cambiar de opinión”, finalizó la ginecóloga.