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miércoles, enero 8, 2025
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Edición N°

DE UN LABORATORIO A RECORRER EL
MUNDO, EL RADICAL CAMBIO DE LA
NICOLEÑA MANUELA AZCUAGA

Cuando la vida da una oportunidad, sin duda hay que aprovecharla. Manuela Azcuaga es una nicoleña que dejó su trabajo de ingeniera en alimentos en un laboratorio de Rosario, para recorrer el mundo. Fue su profesión que le abrió el camino a ser nómade y que hoy la tiene brincando de país en país.

De la Redacción de EL NORTE
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Las historias de nicoleños en el exterior suelen ser por sueños ya cumplidos en otra parte del mundo, o bien, por haber logrado un objetivo digno de ser contado. Esta historia es diferente y busca generar valor en aquellos vecinos de nuestro distrito que tengan el anhelo de recorrer el globo terráqueo.

Manuela Azcuaga es una nicoleña que dejó su trabajo para poder conocer el mundo. Pero, nobleza obliga, fue su carrera la que le abrió la ventana a perseguir sus sueños. “Cuando estaba estudiando, me gané una beca para estudiar en Brasil. Ahí conocí lo que era vivir con costumbres distintas y fue cuando me di cuenta de qué es lo que quería para mi vida”, manifestó a EL NORTE Manuela Azcuaga.

El comienzo

Si bien le había picado el bichito de la inquietud por los vuelos, aún quedaba pendiente terminar su carrera. La decisión estaba tomada, finalizó sus estudios (Ingeniería en Alimentos) y pudo conseguir trabajo en un laboratorio de la ciudad de Rosario. Pero las ganas de volar seguían latentes.

“Lo que me llevó a tomar la decisión fue que, mientras trabajaba de ingeniera en un laboratorio donde desarrollé un alimento que llamamos ‘Free Nuggets’, luchaba por llegar a fin de mes. Es decir, tenía un sueldo de ingeniera, pero entre el alquiler y otros gastos literalmente tenía que pedirle dinero a mis padres”, contó, con voz cabizbaja, la nicoleña.
La situación se había tornado difícil. Estudió, consiguió trabajo, pero igualmente no le alcanzaba. Tuvo su oportunidad en otro laboratorio, donde realizaba modificación genética de semillas de soja. Pero la historia se repetía, el sueldo estaba por debajo de lo necesario para poder vivir.

“El ver que no podía crecer dentro de lo que había estudiado me había frustrado un poco, por eso tomé la decisión de irme y probar suerte. Primero apliqué para un trabajo de lo mío en Malta, pero como fue durante la pandemia, no me permitieron ingresar porque yo me había inoculado con la AstraZeneca y solo aceptaban con Sinopharm”, continuó Azcuaga.
De inmediato agregó: “Ahí fue cuando decidí probar otros horizontes y apliqué para trabajar en una panadería de Andorra. Estaba muy bueno porque me daban el alojamiento y la comida, entonces más el pago pude ahorrar un montón de dinero y así empezar la aventura de conocer el mundo”.

Trabajos temporales

“Los argentinos solo pueden tirar café si se mudan a otro país”, dice una frase que resuena en cada calle de nuestra república. Esas palabras llenas de odio y resentimiento no son ciertas, ya que los nicoleños lo han demostrado. “Tirar café”, como dicen, es un trabajo de los mejores pagos en Australia, por ejemplo. En España, te alcanza para vivir con un sueldo de camarero; y así podríamos seguir ejemplificando.

“Es muy loco, pero yo con mi sueldo de la panadería me pude comprar los pasajes para conocer lugares que quería. Inclusive, pude hasta vivir un tiempo sin trabajar para poder conocer mejor y con más tiempo cada país que visitaba. Eso es algo que con un sueldo argentino no se logra tan fácil”, detalló Azcuaga.

“En cuanto a los trabajos, todos eran temporales y me quedaba solamente seis meses como mucho. Me pasó de ir a Polonia y conseguir trabajo, pero a los tres días me fui a otro país, realmente trabajo es lo que no falta. Fui camarera, barista, hice atención al público, daba los turnos de la banana en Ibiza; de todo con la idea de ahorrar y seguir mi rumbo”, aseveró la nicoleña nómade.

Sobre los sueldos, Azcuaga explicó: “Yo ganaba algo así como diez euros la hora en Andorra. Como para que se entienda, con ocho euros o menos comés en el día, y de alojamiento pagaba algo así como 200 euros. Es decir, los trabajos, sea calificado o no, te permite llevar una vida tranquila”.

Vivir distinto

Algunas diferencias que marca la nicoleña, en relación con las facilidades de conseguir trabajo, es que “en otros países tenés la posibilidad de encontrar algún empleo por aplicaciones. Yo uso siempre las mismas y me dieron resultado. Nunca apliqué y no conseguí trabajo, siempre hay algo”, afirmó Azcuaga.

La más conocida de ellas, LinkedIn, que predomina también aquí en Argentina, es la que mejor resultados le trajo. Sin embargo, también está la posibilidad de enviar directamente un mensaje a la empresa y preguntar si están contratando personal. “Uno de los trabajos que conseguí fue mandando directamente al lugar que tenía conocimientos y que estaba necesitando empleo. Increíblemente, me hicieron la entrevista y al día siguiente ya estaba en mi puesto”, añadió la nicoleña.

Para concluir, Azcuaga enfatizó que “las herramientas que hay en otros países son infinitas, se puede vivir tirando café o llevando bandejas. Desde ya, mi objetivo es poder trabajar de lo que estudié, voy camino a ello, pero ahora preferí conocer el mundo. Creo que es posible que muchos se arriesguen y prueben”.