El delantero de Instituto Adrián Martínez, conocido como “Maravilla”, ha tenido una carrera que parece sacada de una película de Hollywood. Después de surgir en el Club Atlético Defensores Unidos y de jugar en el Atlanta, Martínez tuvo un paso destacado en Paraguay, donde brilló jugando para Libertad. Pero su historia es aún más sorprendente porque antes de convertirse en futbolista profesional, Martínez pasó siete meses en prisión por un delito que no había cometido.
La historia comienza en 2014 cuando el hermano de Martínez, de apenas 16 años, fue baleado. Algunas personas tomaron represalias y quemaron la casa de los presuntos atacantes. Estos delincuentes culparon a Martínez por la revancha y lo acusaron de ser el responsable de los hechos. Como resultado, el joven futbolista pasó siete meses en la Unidad 21 de Campana, una prisión ubicada en la provincia de Buenos Aires.
En una entrevista en 2018, Martínez habló sobre su experiencia en prisión: “No es lindo. Pasan muchas cosas. Hay mucha hambre. Dormís, comés y te acostás en el mismo lugar”. Pero a pesar de las dificultades, Martínez mantuvo su pasión por el fútbol y siguió entrenando y trabajando duro.
Perseverancia y talento
Actualmente, es el tercer máximo goleador de la Liga Profesional de Fútbol Argentino, habiendo marcado cuatro goles en ocho partidos. Pero el momento más destacado de su carrera llegó el pasado fin de semana, cuando marcó el gol de la victoria en el partido entre Instituto y Boca Juniors en la Bombonera, uno de los estadios más emblemáticos de Argentina.
El gol de Martínez es un símbolo de perseverancia y resiliencia. A pesar de las dificultades que enfrentó en su vida, nunca dejó de perseguir su sueño de convertirse en un futbolista profesional y triunfar en el campo de juego. Ahora, su nombre es reconocido en todo el país y su historia es un ejemplo para todos aquellos que enfrentan obstáculos en su camino hacia el éxito.