Solo en Argentina generamos 16 millones de toneladas de residuos todos los años, lo que equivale en promedio a 1 kilo de residuos domiciliarios por persona por día
Solemos escuchar que el mejor residuo es el que no se genera, y que el reciclaje tiene que ser el último recurso que tengamos, pero ¿esto es efectivamente así?.
Claro que sí. Pero el problema es que la generación de residuos crece todos los días a nivel mundial, y ello se debe principalmente a dos factores: crecimiento de la población y crecimiento de consumo de bienes y servicios.
Utilizamos más recursos de lo que la tierra nos puede dar y no volvemos a aprovecharlos, sino que los consumimos y descartamos generando más y más residuos. Y si bien se habla cada vez más de economía circular, lo cierto es que aún hoy los sistemas productivos y de consumo siguen siendo lineales: compro, consumo y tiro.
Solo en Argentina generamos 16 millones de toneladas de residuos todos los años, lo que equivale en promedio a 1 kilo de residuos domiciliarios por persona por día.
Los residuos no desaparecen, sino que terminan en basurales a cielo abierto (los cuales ya están prohibidos pero siguen existiendo) o, en el mejor de los casos, en rellenos sanitarios como el caso de Ceamse que tiene una disposición adecuada y controlada de los mismos. Si alguna vez tienen la posibilidad de ir a visitarlo, vayan porque es impactante, una ciudad de residuos.
Sabemos que entre el 30 y 40% de los residuos que generamos todos los días puede tener un proceso de reciclaje, sin embargo, en nuestro país solo se recicla un 4%. Entonces, ¿qué es lo que pasa?
Muchos factores: falta de educación y comunicación; desinformación del tema; falta de recursos económicos para abordar una buena gestión de residuos, prioridad en otras problemáticas tanto ambientales o en salud; entre muchos otros.
El reciclaje tiene muchos beneficios
Cuando reciclamos no solo le damos una segunda vida al residuo sino que optimizamos los recursos naturales que nos da la tierra. Esto quiere decir, por ejemplo, que el reciclaje de papel o cartón ya no necesitamos talar árboles para extraer la celulosa, sino que utilizamos el papel recuperado. O en el caso del plástico, no es necesario extraer petróleo de la tierra, sino que aprovechamos el plástico de las botellas, envases etc.
Además generamos puestos de trabajo, porque se emplean personas para separar y clasificar los materiales reciclables y acondicionarlos para que se conviertan en materia prima para fabricar nuevos productos.
Por otro lado, los residuos emanan el 6% de los gases de efecto invernadero, por lo que al reciclar, también reducimos la contaminación generada por la basura. Se reducen además las enfermedades que genera la proliferación de los mismos así como también los efectos dañinos sobre la fauna y la flora. Por último, también se reduce la contaminación del suelo debido al extenso tiempo en que los residuos tardan para descomponerse y degradarse.
Reciclar no es un proceso difícil, solo requiere de compromiso: aprender a separar los residuos en casa y asegurarnos de llevarlos a destinos que los van a recuperar: como puntos verdes en plazas, organizaciones sin fines de lucro, a las empresas que ya implementaron un programa de separación de residuos o mismo los cartoneros o recuperadores urbanos que viven de la venta de estos residuos.
Reciclar es un claro ejemplo de economía circular, donde lo que producimos y se consume, vuelve nuevamente al sistema productivo para convertirse en un nuevo producto. Entonces, si bien el mejor residuo es el que no se genera y reciclar debería ser el último eslabón de la cadena, hoy se presenta como una de las soluciones alternativas con la que contamos para reducir los residuos que se envían a enterrar y aprovecharlos para convertirlos en recursos.
Por Florencia Benedicto, especialista en Dirección y Gestión Ambiental y Co-fundadora de GEA Sustentable @geasustentable. (Télam)