El teléfono era de Raúl Attardo, el hincha asesinado con Pillín en una camioneta cerca del Gigante. Registraba un llamado que los citó al lugar del doble crimen
El barrabrava de Rosario Central Leopoldo “Pitito” Martínez fue imputado este jueves por los delitos de: hurto, encubrimiento y falso testimonio en la causa que investiga el doble crimen de Andrés “Pillín” Bracamonte, jefe de la hinchada, y su ladero Daniel “Rana” Attardo, acribillados el 9 de noviembre pasado al terminar un partido en el estadio de Arroyito.
El hecho
Considerado el sucesor de Pillín quedó ahora en prisión preventiva, acusado de haber sustraído el celular de Attardo cuando este ya había fallecido y él trasladó en su camioneta a Pillín hasta el Hospital Centenario.
De acuerdo con la Fiscalía, Martínez sustrajo el teléfono a sabiendas de que el aparato contenía información relevante para la investigación.
En ese teléfono Attardo había recibido el llamado que lo convocó a la esquina de Avellaneda y Reconquista, donde estaba con Pillín dentro de su camioneta cuando los balearon.
También fue acusado de haber mentido en sus declaraciones, primero ante la policía y luego en sede fiscal, no sólo al manifestar que no contaba con celular propio sino además respecto a la mecánica del ataque.
Sin ligarlo a la dinámica homicida pero sí a delitos posteriores, el fiscal Alejandro Ferlazzo imputó a Pitito por los delitos de hurto agravado, encubrimiento agravado por la gravedad del delito precedente y falso testimonios. El juez Hernán Posta consideró formalizada la audiencia y dictó la prisión preventiva del hincha por el plazo legal de dos años.
Con antecedentes por tenencia de armas, el acusado de 46 años era buscado por la desaparición de un celular que estaba en la camioneta en la que fueron asesinados Pillín y Attardo.
El 12 de diciembre había sido detenido en su casa del barrio Villa Manuelita, en uno de los nueve allanamientos que desplegaron ese día efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales.
La sospecha era que se había apropiado de un celular que contenía información sobre los últimos movimientos de las víctimas.
Bracamonte de 53 años y Attardo de 55, fueron atacados a tiros la noche del sábado 9 de noviembre a pocas cuadras del Gigante de Arroyito, después de la derrota de Central frente a San Lorenzo.
Attardo estaba al volante de su camioneta Chevrolet S-10 junto con Bracamonte cuando al menos una persona se acercó y, en medio de un corte de luz en la zona, se aproximó a la ventanilla del acompañante y les efectuó cinco disparos a cada uno de los ocupantes.
Attardo alcanzó a bajar de la camioneta y falleció en el lugar, desde donde lo llevaron al hospital en otro vehículo. En tanto que Martínez, que había estado hablando con Pillín en la ventanilla hasta instantes previos, subió a la camioneta S-10 del lado del conductor y trasladó a Bracamonte hasta el Hospital Centenario.
¿Qué le imputaron a Pitito Martínez?
Según planteó en la audiencia judicial de este jueves el fiscal Ferlazzo, al llegar alrededor de las 22 a la rampa de acceso para autos del hospital de Urquiza al 3100 Martínez sustrajo de la camioneta una campera de color gris oscuro y una riñonera negra que contenía el celular maca Xioami Redime Note S9 de Attardo, además de cadenas de oro y llaves del domicilio del hincha y su pareja. Esto, para la acusación, ocurrió “conociendo que Attardo había fallecido”. Bracamonte ingresó al hospital en estado crítico y su muerte se confirmó cerca de la medianoche.
Pitito fue acusado además de haber realizado maniobras para “entorpecer la investigación” al ocultar y hacer desaparecer pruebas del delito. Para el fiscal, el hincha sabía que el celular contenía elementos de prueba relevantes ya que Attardo había recibido un llamado para acudir con Pillín a la esquina donde fueron asesinados.
Por último, el fiscal le atribuyó a Martínez haber brindado una versión falsa de los hechos tanto en sus manifestaciones a la policía en el hospital la noche del ataque como al dar su declaración testimonial al día siguiente. En esas ocasiones dijo haber estado a distancia de la camioneta de las víctimas cuando en realidad “se encontraba hablando con Bracamonte apoyado en la ventanilla del lado del acompañante en el momento en que un sujeto no identificado comenzó a disparar”. También manifestó al personal policial que él no tenía teléfono celular, dato que se constató como falso.
Que estuviera acodado en la ventanilla del acompañante supone que el hincha debió correrse de ese lugar para dar paso al atacante, que disparó hacia el interior del vehículo desde ese mismo ángulo. Esto, más el hurto del celular, podría dar pie a conjeturar algún grado de colaboración o conocimiento previo del plan homicida. Sin embargo, por el momento, la Fiscalía imputó en los términos de un encubrimiento al no existir pruebas de otro delito.