El reciclado de plásticos en la Argentina alcanzó las 343 mil toneladas en 2022, lo que representó un incremento de 27% respecto del año anterior y un alza de 456% desde 2003, según el nuevo índice de reciclaje elaborado por la ONG Ecoplas en colaboración con la Cámara Argentina de la Industria de Reciclados Plásticos (Cairplas).
Del total, 318 mil toneladas correspondieron a plástico reciclado mecánicamente y las restantes 25 mil toneladas a plástico recuperado para la generación de energía, precisó el trabajo.
Esto evitó la liberación de más de 434 mil toneladas de dióxido de carbono al año, equivalente a lo que absorben 20,5 millones de árboles, indicó la asociación civil sin fines de lucro especializada en plásticos y medioambiente.
“Impulsamos esta nueva tecnología de reciclado avanzado, complementaria con las metodologías ya existentes, cuyo objetivo final es lograr que los plásticos continúen reaprovechándose como recursos en nuevos ciclos productivos, evitando generar desperdicios y emisiones”, señaló Verónica Ramos, directora ejecutiva de Ecoplas.
Para avanzar hacia un futuro más sostenible, agregó, hay que implementar “un esquema de circularidad mejorado que incluye certificaciones y el círculo de las 7R (rediseñar, reducir, reusar, reparar, renovar, reciclar y recuperar), donde el ecodiseño se encuentra en el corazón de la estrategia”.
Bajo este concepto, las empresas están adoptando la filosofía de diseñar productos considerando su ciclo de vida completo, desde la producción hasta el final de su vida útil, lo que minimiza el impacto ambiental y facilita la posterior recuperación de materiales.
Ecoplas también trabaja sobre iniciativas fundamentales para que los plásticos sean un recurso para la economía circular entre las que se encuentran el desarrollo de las ecoetiquetas.
Ecoplas promueve dos certificaciones: “La Manito”, que certifica envases y productos plásticos monomateriales; y la Certificación Contenido de Plástico reciclado en productos desarrollada junto al INTI que indica la proporción de material plástico reciclado que contiene el producto -de 15% a 100%- y un código QR sobre su circularidad.
“Es un camino que estamos transitando, con el impulso de políticas públicas necesarias, empresas que apuestan a la economía circular y, a pesar de su gran desconocimiento, una sociedad que está aportando y participa cada vez más para promover la circularidad y el reciclado de los plásticos”, concluyó Ramos.