Aunque el operativo inició el lunes y se suspendió en solo algunas horas, una localidad correntina de 2 mil habitantes lleva tres días soportando el olor de la sustancia en sus casas. Además, el intendente no había autorizado el procedimiento y tuvo que pedir la intervención de la Justicia.
Un operativo realizado por Gendarmería y Prefectura buscaba eliminar 21 toneladas de marihuana en un aserradero de la localidad de Colonia Libertad, en Corrientes. Sin embargo, cuando ni siquiera llegaron a la mitad, vecinos del pueblo empezaron a sentir las consecuencias y llamaron al Intendente por los efectos que estaba produciendo el humo en sus casas y familias.
Roberto Fracalosi, intendente de la localidad correntina, afirmó que tenía conocimiento de la quema, pero “no la había autorizado”. “El jueves de la semana pasada un comandante de la Gendarmería nos comunicó que se iba a realizar la destrucción de drogas en el aserradero del pueblo, pero nosotros nunca autorizamos ese procedimiento”, se atajó.
Sin embargo, el olor no fue solo lo que generó molestia. Los vecinos y vecinas también estaban preocupados por los efectos que tantos kilos de droga podrían generar en el sistema respiratorio y el estado de conciencia de los más de 2 mil habitantes que posee la localidad. Por este motivo, automáticamente se comunicaron con el intendente para exigir explicaciones.
Frente a la situación, el viceintendente Francisco Tribbia se acercó al aserradero para conocer el impacto del operativo que se estaba realizando y pidió a Gendarmería y Prefectura que solicitaran al juez federal Gustavo Fresneda la cancelación del operativo.
El hecho que sucedió en un pequeño pueblo de Corrientes tuvo eco en la Justicia Federal, quienes comunicaron a la Intendencia que el resto de la quema de marihuana se realizará en otro lugar. No obstante, luego de dos días de ocurrido el hecho, los vecinos y vecinas aún perciben el olor de la marihuana en sus casas.