Se roban miles de metros de cable por día. Los queman en los descampados o en los barrios para sacarles el cobre. Luego se vende a chatarrerías y a metaleras que suelen acopiarlos y venderlos fuera del país. Las empresas de electricidad y de telefonía nicoleñas reportan cuantiosos daños económicos. El kilo de este metal se vende entre 5.500 y 7.000 pesos.
De la redacción de EL NORTE
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El robo de cables en el país y en la zona no cesa. El objetivo de quienes lo roban es uno solo: quemarlos y así obtener el preciado cobre que tienen en su interior y que luego se vende en el mercado negro. Cada metro de cable de alta tensión contiene un promedio de 300 gramos de cobre que cotiza en el comercio espurio entre 5.500 y 7.000 pesos por kilo. Los daños son mayúsculos desde el punto de vista económico tanto para el Estado como para las empresas afectadas. Los especialistas calculan que el ladrón le gana solamente del 10 al 15 por ciento de lo que cuesta reponer el cable.
Fuentes de la investigación explicaron a EL NORTE que en general los ladrones no tienen conocimientos y se enfrentan a un grave riesgo al cortar el tendido eléctrico. Hay otros con conocimientos básicos sobre electricidad que les permiten actuar y no sufrir descargas sobre su cuerpo, por ejemplo, los que se llevan los cables de las luminarias de las calles, que suelen hacerlo durante la mañana porque saben que si las luces no están prendidas no poseen corriente eléctrica. Pero también hay casos en los que se puede inferir que el delincuente tiene conocimientos sobre la materia, como cuando se sustraen transformadores. En estos casos deben desconectar la línea media, luego tirar abajo el transformador y sacarle las bobinas de cable.
El kilo de cobre se vende entre 5.500 y 7.000 pesos, para obtener ese peso la cantidad a robar dependerá de “las secciones de los conductores” que corten, es decir, del grosor del cable. En promedio, para obtener un kilo de cobre se necesitan unos 30 metros de cable, de ahí que para que el “trabajo” sea redituable deben llevarse de a varios metros, algo que están haciendo.
El cable robado es quemado para sacarle el preciado metal y ahí comienza el camino de comercialización. “En los eslabones más bajos de esta cadena no podemos hablar de bandas organizadas-explicaron extraoficialmente a EL NORTE fuentes policiales – Las personas que se detienen son por lo general sujetos que no tienen otro ingreso y son de escasos recursos. En su mayoría no tienen ningún tipo de conocimiento de temas de electricidad o energía eléctrica lo que les deja un peligro latente de quedar electrocutados” informaron. “El paso siguiente es la venta en chatarrerías, luego pasan a las metaleras y muchas veces desde ciudades como Buenos Aires o Rosario, donde son acopiados, partirían directamente en grandes camiones hacia las provincias de Salta o Misiones y desde allí lo cruzarían a Paraguay”.
La situación en San Nicolás
La empresa Edén S.A informó la pasada semana que en lo que va del año sufrió 18 importantes robos. En 2023 padecieron 140 hechos con un perjuicio económico de más de 840.000.000 de pesos. En tanto desde la Policía Federal de la ciudad, fuentes extraoficiales, afirmaron a este medio que de la empresa Telecom reciben entre 8 y 10 denuncias mensuales solo en esa dependencia, sin contar las recibidas en policía provincial o en fiscalía.
Favorece la multiplicidad de hechos también que, si bien las fuerzas policiales realizan operativos en los que los “robacables” quedan detenidos, al poco tiempo recuperan la libertad y vuelven a delinquir. Esto pasa precisamente porque el ilícito se considera un delito menor y generalmente es excarcelable. Además, se complica a la hora de la prueba, sobre todo cuando, como es el caso del cobre, es un material de difícil trazabilidad.
Desde la policía prevencional nicoleña se reciben informes habituales acerca de aprehensiones de sujetos con cables en su poder de los que no pueden justificar procedencia. El mes pasado los efectivos de la DDI tras una denuncia de la empresa EDEN por el robo de cobre de los transformadores, que dejaron una amplia franja barrial sin luz, realizaron un allanamiento en un galpón ubicado sobre ruta 188 y Autopista donde incautaron 62 kilos de cobre que sería el sustraído a la empresa y detuvieron a un chatarrero de 48 años.
Sobre finales de marzo pasado Gendarmería Nacional Argentina interceptó en la provincia de Corrientes un camión con 28 toneladas de cobre que era llevado simulando ser una carga de chatarra. Provenía de la ciudad de Rosario y tenía como destino final la ciudad misionera de Puerto Iguazú, desde donde sería llevada a otro país limítrofe.
Los perjuicios ocasionados son enormes, tanto a los usuarios que se quedan sin teléfono o sin luz como a las empresas que sufren pérdidas millonarias. Aunque se multiplican los esfuerzos por tratar de parar esta modalidad en crecimiento, los robos de los elementos que contienen cobre no cesan.