El empresario Mario Ludovico Rovella, uno de los dueños de la constructora Rovella – Carranza, pidió la anulación de su declaración como arrepentido en la Causa Cuadernos porque, según dijo, “fue obtenida sobre la base de tormentos”.
Rovella presentó una escritura pública confeccionada ante escribano el día antes de declarar ante el difunto juez Claudio Bonadio como prueba de que fue forzado a autoincriminarse en la Causa Cuadernos por delitos que niega haber cometido.
“Para dejar constancia de que su voluntad se encontraba viciada, asentó en un instrumento público la situación ilegítima a la que se hallaba sometido”, explicaron los defensores de Rovella, mediante un escrito ante el Tribunal Oral Federal siete, que tiene asignado el debate en fecha aún no fijada.
La escritura –que fue presentada ante el tribunal- lleva el número 28 y fue confeccionada por el escribano Diego Ignacio Achával.
El texto describe que Bonadio “procedió a privar ilegalmente de la libertad a distintas personas por el solo hecho de que no reconocieron y confesaron los presuntos delitos que se les atribuye, remitiéndolos detenidos a distintas unidades penitenciarias”.
“En cambio, quienes sí reconocen los delitos y validan los dichos de una persona que se adhirió al régimen de la delación premiada, me refiero al Sr. Ernesto Clarens, mantienen su libertad ambulatoria”, añade el texto.
Rovella afirma que fue obligado a reconocer situaciones que le achacó Clarens, un financista que fue presentado como cercano al matrimonio entre Néstor y Cristina Kirchner, quien también declaró como arrepentido ante el fallecido juez.
“Ante esa situación, que estimo abiertamente ilegal, y dado que no admito ser privado ilegalmente de mi libertad, me encuentro en el estado de necesidad de tener que reconocer, sin que sean verdad, ciertos hechos al soólo efecto de evitar ir a prisión injustamente”, explicaba Rovella en aquel documento firmado en la escribanía.
“Esos hechos que me veo obligado a admitir no resultan ser verdaderos”, subrayó.
La defensa de Rovella enumeró todos los casos de empresarios detenidos o a punto de serlo por el juez Bonadio para explicar por qué actuó como lo hizo.
“Tenía claro por el precedente ´Poblete´ que no podía negarse a declarar y por los precedentes ´Zavaleta´, ´Roggio´, ´Dragonetti´ sabía que tampoco podía negar los hechos que se le atribuían, pues en uno u otro supuesto, sería arbitrariamente privado de su libertad ambulatoria”, describió la defensa.
“Bajo esa amenaza, fue obligado (o, si se quiere, coaccionado o inducido) a reconocer, en contra de su real voluntad, hechos que lo incriminaban (que, además, no eran ciertos)”, remata el escrito.