El dispositivo del peón rural desaparecido tras una presunta sextorsión por parte de internos de la cárcel de San Nicolás había sido encontrado y secuestrado por la Justicia en marzo de 2022. Recién fue peritado la semana pasada, aunque no aportó información por estar dañado. Familiares denuncian graves irregularidades en la investigación judicial.
De la redacción de EL NORTE
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Tras «aparecer» después de más de dos años el teléfono que fuera encontrado y secuestrado el 31 de marzo de 2022 en la habitación de Juan Carlos Woldryk, se realizó la segunda parte de la ampliación de la pericia sobre las comunicaciones y dispositivo del peón rural que, según se investiga, fue víctima de sextorsión por parte de internos de la Unidad Penal 3 de San Nicolás.
Woldryk desapareció el 30 de marzo de 2022 en la cabaña «El Rincón» de Bolívar, donde trabajaba.
Esta ampliación de pericia fue solicitada por los particulares damnificados Eloy, Lorena, Marcela Woldryk primos de Juan y su amiga Natalia Perez Reyna, con el patrocinio de la abogada Graciela Achabal quien mantuvo contacto con peritos especialistas en el tema, a raíz del caso Loan Peña. El 9 de septiembre de 2024 se produjo la insólita aparición del celular entre los efectos a peritar, con una leyenda escrita de puño y letra: «Ceci: es un teléfono que se recogió el 31 de marzo 2022 y recién lo mandan? Ver Vale. Julia. Te lo dejo, me lo pasó Vale».
Como si fuera poco, tras fijar otra fecha, el perito comprobó este 19 de agosto de 2024 que el celular «aparecido» el 9 de septiembre de 2023 se encuentra dañado. Desde el primer día la fiscal realizó distintas diligencias para buscar el celular de Juan.
“Estoy profundamente enojada y con muchísima pena. Me parece una falta de respeto todo lo que han hecho o mejor dicho «no hecho». Para con nosotros que esperamos una noticia respecto de Juan y con el mismo Juan, están haciendo quien sabe que transfuguiada por encima de sus derechos y su persona. No es una cosa, es una persona que tiene mucha gente que lo quiere y necesita, esperando que vuelva de la manera que sea. Es tan nefasto todo lo que hacen. Lo del celular ya me parece mucho, es demasiado. Es una vergüenza. Pero en fin, no hay crimen perfecto. Como lo dije en su momento, para mí Juan nunca se fue. Desde inicio lo dije, a él lo desaparecieron que es muy diferente y con todo esto que pasa siento que nunca me equivoqué al pensar así. Ojalá un día podamos saber qué pasó con él. En las condiciones, pero saber que fue lo que pasó con el”, expresó Natalia Pérez Reyna, amiga de Juan woldryk y particular damnificada en la causa junto a los tres primos.
“Lo ocurrido en las últimas semanas evidencia una irregularidad muy grave en la investigación, entre otras de las que dio cuenta esta parte desde hace mucho tiempo atrás. De Juan no tenemos ni un rastro, pero se encargaron de ensuciar la causa. ¿Dónde estuvo todo este tiempo el teléfono de Juan? ¿Por qué el día que no encontraron, el 31 de marzo de 2022 no lo incorporaron a la causa? Esto es escandaloso”, sostuvo la abogada Achabal.
Un misterio
El paradero del peón Juan Woldryk sigue siendo un misterio. El empleado rural fue visto por última en marzo de 2022 tras almorzar con sus compañeros de trabajo en la zona de “El Rincón”, en Bolívar, provincia de Buenos Aires, y hasta hoy sigue sin aparecer.
Según información de la causa, ese día Woldryk compartió una comida con sus empleadores y el resto de su equipo de trabajo. Tras un breve descanso, alrededor de las 14:30 horas, se esperaba su regreso para retomar su tarea, pero nunca se presentó.
Sus compañeros iniciaron una búsqueda en el área, sin obtener resultados. Ante la falta de pistas, decidieron alertar al Comando de Prevención Rural. La respuesta fue inmediata y se desplegó un amplio operativo que incluyó bomberos, un helicóptero policial, unidades caninas y numerosos efectivos policiales. Sin embargo, hasta hoy no hay rastros de su paradero.
Se especula con que Woldryk pudo haber sido objeto de intimidación mediante material fotográfico comprometedor, lo que habría motivado su repentina desaparición. En rigor, se descubrió que el trabajador agrícola mantenía conversaciones en línea con una mujer, durante las cuales se intercambiaron mensajes sexuales e incluso fotografías íntimas.
La situación dio un giro perturbador cuando Woldryk recibió una llamada telefónica supuestamente de la policía, advirtiéndole que la persona con la que interactuaba era menor de edad y que, de no pagar una suma de dinero, enfrentaría consecuencias legales. Se supo, entonces, que el hombre realizó dos pagos para evitar la publicación del material y llegó incluso a vender un automóvil.
En este marco, la Justicia pudo probar que el peón rural había sido víctima de una “sextorsión” dirigida desde la Unidad Penitenciaria Nº 3 de San Nicolás. Por este incidente, las autoridades detuvieron a Luis Miguel Galeano y Fernando Esperón Listorti. Además, se procesó a una mujer de apellido Mansilla.