Continúa bajo estricto secreto la investigación acerca del crimen que tiene en vilo al país. Las circunstancias de la muerte de Florencia Comas, desaparecida el jueves pasado y cuyo cuerpo fue encontrado un día después, sigue siendo un misterio. Aunque los investigadores no descartan la figura del femicidio, no sería ésta la principal hipótesis.
De la redacción de EL NORTE
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Los resultados hasta el momento de la investigación por el homicidio de Florencia Soledad Comas, la joven de 27 años que fue encontrada muerta el pasado viernes, es un secreto resguardado celosamente por la justicia. De todas formas, pudo saberse que el foco de la pesquisa no solo está puesto en la figura del femicidio. Otras razones que no encuadran en una cuestión de género podrían ser el móvil del crimen de la joven madre. El hermetismo es total, solo pudo saberse que aún no hay detenidos, que los investigadores están trabajando sobre pistas firmes y que la resolución del crimen sería inminente.
La justicia trabaja contra reloj para esclarecer el terrible homicidio de Florencia Soledad Comas, cuyo cuerpo fue hallado a la vera del camino en inmediaciones de la Planta de Tratamiento de Residuos. La víctima había desparecido el pasado jueves y su cuerpo fue hallado 24 horas después en el camino rural en cercanías del predio del ENTRE. Estaba atado y envuelto con una tela de color fucsia. Según se supo Florencia murió por asfixia mecánica en un lugar distinto de donde apareció, se cree que el crimen fue ejecutado el mismo día de su desaparición y que su cuerpo fue arrojado un rato antes de su hallazgo. Tenía consigo todas sus pertenencias, excepto el teléfono celular, una pieza de suma importancia para rastrear los contactos y las últimas comunicaciones de la víctima.
El aparato de telefonía utilizado habitualmente por Florencia no aparece, según había confirmado a EL NORTE Evelina Flores, madre de la joven. El dispositivo es una pieza clave que podría contener datos fundamentales para trazar las líneas de la pesquisa, conocer cuáles fueron sus últimas comunicaciones, establecer la identidad de contactos que puedan aportar información útil e incluso determinar si podría haber sido citada por su homicida.
En línea paralela siguen sumando declaraciones de personas vinculadas a la víctima y analizando cámaras de seguridad que marquen el trayecto realizado por Florencia luego de que se la viera por última vez en zona céntrica a bordo de un colectivo de línea.
Los últimos pasos
Se sabe que Florencia vivía junto a su pareja y su hija de tres años en una vivienda de Echeverría al 600 ubicada en barrio La Loma en la zona norte. Era hipoacúsica y se comunicaba a través de señas. El jueves pasado en horas de la mañana llevó a su hija de 3 años al Jardín de Infantes y ya no pasó a retirarla como lo hacía habitualmente. Su teléfono no respondía por lo que desde el establecimiento escolar se comunicaron con Braian Acuña, esposo de Florencia y padre de la niña, para ponerlo al tanto de la situación. La joven tampoco estaba en la casa que compartían por lo que el hombre radicó inmediatamente la denuncia. A partir de ese momento comenzó una búsqueda infructuosa hasta que su cuerpo fue hallado al día siguiente.
Los investigadores reconstruyeron los últimos pasos de Florencia antes de su desaparición. Su celular estaba apagado y la última conexión en su WhatsApp había sido poco después de las 8,30 de ese mismo jueves. Una testigo, mamá de una compañerita del jardín al que concurría su hija, dijo haberla visto en ese horario subir a bordo del colectivo de línea 504 en la esquina de Avenida Moreno y Ruiz Moreno. Refirió que al descender Florencia todavía estaba sentada en el asiento trasero del micro. Se supo que la joven tenía planeado hacer una diligencia, entre ellas gestionar un nuevo carnet de la obra social de OSECAC de la que eran afiliados porque su pareja días antes había perdido la billetera junto a la documentación. La sede de la entidad estaba muy cerca, apenas a dos cuadras, en la siguiente parada, pero Florencia nunca llegó. Fue lo último que se supo de ella hasta que en la mañana del viernes un empleado del ENTRE se topó con un cuerpo envuelto en una tela de color rosa en inmediaciones de la planta de tratamiento de residuos. Más tarde se conoció que era el de Florencia Soledad Comas, la joven buscada. Su madre reconoció en un primer momento sus pertenencias, las pulseras, los anillos, el suéter violeta y las zapatillas blancas que ella le había regalado. Las cosas encontradas eran sin dudas de su hija.
La causa se instruye en la UFI Nº3 a cargo del fiscal Julio Tanús. Aunque no existe información oficial al respecto trascendió que la joven había muerto por asfixia mecánica compatible con estrangulamiento y que el cuerpo, aunque tenía algunos golpes, no presentaba señales de defensa. La muerte se habría producido el mismo día de la desaparición y su cuerpo arrojado a la vera del camino en la misma mañana de su hallazgo.