«No es amor, es trabajo no pago» rezan miles de grafitis distribuidos a lo largo y ancho de las paredes del país, denunciando una vieja construcción social de la feminización de las tareas domésticas. Estas acciones que forman parte de la cotidianeidad de los hogares argentinos no suelen ser contempladas bajo el tenor de trabajo. Para concientizar, la Organización Internacional del Trabajo y el Ministerio de Economía de la Nación lanzaron una calculadora en la que se refleja en cada caso particular cuál es el monto que se abonaría por las tareas de cuidado.
Carolina Mitriani
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Buscando dar un impacto en la sociedad, un proyecto estatal le pone números concretos al trabajo históricamente más invisibilizado culturalmente: el trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (TDCNR). A través de la «calculadora de cuidados», cada una de las acciones efectuadas en el día a día mayormente por mujeres toma su valor monetario para poner de manifiesto la importancia de aquello que es tapado bajo la alfombra en la inequidad de género.
Cómo funciona
A través www.calculadora-del-cuidado.argentina.gob.ar/calculadora se puede acceder a la plataforma de sencillo uso, que toma los datos que cargan las y los usuarios, comparándolos con los índices promedio dedicados al trabajo doméstico y de cuidados de la Encuesta de Trabajo No Remunerado y Uso del Tiempo, relevada junto a la Encuesta Anual de Hogares Urbanos (EAHU) del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Una vez conseguido el total cargado por el o la participante, esas horas se ven reflejadas en una suma de dinero que expresan el valor económico de las tareas. La misma surge de la remuneración según el monto correspondiente al personal para tareas generales de la escala de salarios para el personal con retiro, según la actualización vigente.
Objetivo
La «Calculadora del Cuidado» tiene como propósito “generar conciencia en torno al esfuerzo en tiempo y dinero que significa el TDCNR, en particular para las mujeres y diversidades, dada la distribución desigual en este tipo de trabajo”. Por eso, al cuantificar y monetizar las tareas, se pone al descubierto la importancia de este sector en el funcionamiento de toda la economía social.
La iniciativa fue planificada y puesta en marcha por la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía de la Nación (DNEIyG), la Secretaría de Innovación Pública de la Jefatura de Gabinete de Ministros y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), con el desarrollo de la ONG Wingu y la colaboración de la Unidad de Ciencias del Comportamiento y Políticas Públicas.
Desde el Estado señalan que “el valor del TDCNR y de cuidado se mide en tiempo. Reconocerlo es entender que estas tareas restan oportunidades y recursos para estudiar, desarrollar una carrera, hacer deportes o incluso tener tiempo libre para disfrutar. La pobreza de tiempo afecta también a la salud y al descanso”.
Funcionalidad
El Trabajo Doméstico y de Cuidado No Remunerado comprende las tareas que realizan todas las personas para vivir cada día, tales como ordenar, limpiar y/o lavar los platos; lavar y planchar ropa; cuidar mascotas; ayudar con las tareas escolares; hacer compras o trámites; cuidar a niñas, niños y/o adolescentes; cuidar a personas mayores; cuidar a personas con discapacidad; cuidar a familiares enfermas/os; preparar la comida; hacer reparaciones en el hogar.
Si bien todas las personas efectúan una parte de estas tareas, la mayor parte de las mismas es ejecutada por mujeres. Esto les resta tiempo y, por lo tanto, oportunidades para llevar a cabo otras actividades.
EPÍGRAFE: La distribución desigual resta tiempo y oportunidades a las mujeres y las niñas para educarse e insertarse en trabajos remunerados y de calidad. (DNEIyG)
DESTACADO: Calcular la riqueza social del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado es un paso necesario para alcanzar la igualdad. Una economía que se desarrolla de manera sostenible descansa en una sociedad igualitaria e inclusiva.
RECUADRO:
MOTOR DE LA RUEDA
Según datos de la ONU, el valor del trabajo doméstico y el de cuidado no remunerado representan entre un 10 y un 39 por ciento del producto bruto interno. “Puede pesar más en la economía de un país de lo que pesan la industria manufacturera o el del transporte”, señalan.