El margen de mejoría del estado físico en respuesta al entrenamiento en adultos mayores es del 200%.
En los últimos tres años, creció en un 7,5% la cantidad de personas mayores de 50 años que realiza ejercicio físico de manera regular en Argentina, según datos del Observatorio Social del Deporte. Más de la mitad de la población en esa franja etaria participa de actividades deportivas o entrenamiento físico y es la población que más redujo sus niveles de inactividad.
“El margen de mejoría del estado físico en respuesta al entrenamiento en adultos mayores es del 200%, superando ampliamente al de una persona joven. En Argentina, más de la mitad de las personas de más de 50 años realiza ejercicio físico de manera regular”, señaló el doctor Marzo Grigoletto, especialista en entrenamiento funcional motor-cognitivo para adultos mayores.
En la tercera edad, mantener la autonomía es uno de los objetivos más importantes, por sobre lo estético, particularmete en un contexto en el que la expectativa de vida aumenta y las personas se retiran mucho más tarde. Acompañar este salto a la longevidad implica mantenerse competitivo en el mercado laboral y poder sostener el ritmo de vida de la juventud por muchos años más.
En este sentido, el entrenamiento funcional, enfocado en el movimiento natural del cuerpo, ofrecería una serie de ventajas frente a otros tipos de ejercicio, ya que mejora la respuesta del organismo en fuerza, resistencia, agilidad, flexibilidad y potencia, en una misma sesión, en vez de enfocarse en una habilidad determinada.
Esto demuestra una mayor consciencia acerca de los riesgos para la salud que implica llevar un estilo de vida sedentario, especialmente para los adultos mayores que sufren el efecto de la pérdida de masa muscular y, por consiguiente, la capacidad para realizar tareas en su vida diaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física moderada, o 75 minutos de entrenamiento físico.
El entrenamiento funcional está enfocado en mejorar la capacidad de rendimiento en actividades de la vida diaria. Cuando a esto se le suma el entrenamiento de las funciones cognitivas, los resultados en calidad de vida son sorprendentes. El especialista explica que se ven grandes resultados al poner en funcionamiento en simultáneo el cortex anterior del cerebro (corteza cingulada anterior), responsable de la toma de decisiones, control emocional y ejecución en general de las actividades diarias, y el funcionamiento motor del cuerpo.
Incorporar entre los hábitos diarios, además de actividad física, que es cualquier acción que requiera un mínimo esfuerzo, el ejercicio físico pensado para alcanzar objetivos de funcionalidad de acuerdo a las necesidades puede cambiar significativamente el estado de salud. Uno de los desafíos es lograr la constancia para alcanzar los resultados deseados, para lo cual el entrenamiento funcional es clave, ya que “los ejercicios varían mucho, se hacen en grupo y es más dinámico, por lo que la adherencia en este tipo de entrenamientos llega a ser el doble que en entrenamientos con máquinas”, añade Grigoletto.
Fuente: (Mercado Fitness 2024)