El jefe de gabinete de Brasil, Luiz Eduardo Ramos, evitó esta noche confirmar la realización de la Copa América en su país y anticipó que este martes será comunicada la decisión final, aunque aclaró que la organización del evento es un asunto entre privados, en un intento por desmarcarse del debate generado por la realización del certamen en medio de la pandemia de coronavirus.
“Todavía no se resolvió nada, quiero dejar claro eso. Estamos en el medio del proceso pero si nos preguntan, queremos atender la demanda, en caso de que esta sea posible de atender”, dijo el general Ramos en el Palacio del Planalto, la casa de gobierno.
Ramos dijo que Brasil puso como condiciones que las delegaciones de los países sean no superiores a las 65 personas, que los partidos sean sin público y que jueguen como máximo diez selecciones el torneo sudamericano, además de “que todas las delegaciones estén vacunadas”.
La definición de las ciudades sede, que se dará en medio de la pandemia, le corresponde a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) a partir de consultas con los estados, de los cuales han anticipado su negativa Pernambuco y Rio Grande do Norte para sus escenarios mundialistas de Recife y Natal, respectivamente.
El secretario de Deportes, Marcelo Magalhaes, dijo en la misma conferencia que el Gobierno federal “apenas dará toda la estructura para la entrada de las delegaciones a Brasil”.
Tanto Ramos como Magalhaes consideraron que la Copa América “es un asunto entre privados” que debe contar con el respaldo estatal por una cuestión de logística.
El general Ramos, mano derecha del presidente, Jair Bolsonaro, y hombre fuerte del equipo ministerial, dijo que le llaman la atención las críticas a la realización de la Copa América en Brasil porque en el país “se está desarrollando el campeonato brasileño, se disputaron los estaduales y se juega también partidos de la Copa Libertadores de América”.
Vale recordar que en la mañana de este lunes, luego de comunicar horas antes que no se jugaría el certamen en Argentina, la Conmebol anunció que la Copa América 2021 se jugaría en Brasil entre las fechas previstas originalmente -desde el 13 de junio al 10 de julio- en sedes y con fixture a definir.
La opción de Brasil se impuso sorpresivamente por encima de otros países como Chile, Paraguay y Estados Unidos, que se habían mencionado con mayor fuerza luego de caerse los dos países que debían organizarla originalmente.
Sobre todo porque es Brasil el tercer país del mundo en cantidad de personas infectadas por el Covid-19 y el segundo en número de fallecidos después de Estados Unidos, según estadísticas oficiales. Es más, el laboratorio oficial Fiocruz, de Ministerio de Salud brasileño, prevé la irrupción de una tercera ola de contagios para mediados de junio, justamente para cuando comience la competencia.
De momento, los grupos de la Copa América 2021 se mantienen de la siguiente manera: Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile y Paraguay en el A; Brasil Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú en el B.
Uno de los cambios esperados en la programación afectaría al juego de apertura, que debía afrontar Argentina ante Chile en el estadio de River Plate.
De acuerdo al calendario original el debut de Brasil en su grupo estaba estipulado ante Venezuela, compromiso que podría quedar establecido como el de inauguración de la Copa en la misma fecha del 13 de junio.
Por otro lado, hoy el presidente de la Argentina, Alberto Fernández, en declaraciones radiales argumentó: “Lo que más me preocupaba, que fue básicamente lo que nos llevó a tomar la decisión, es que veía que las sedes que había elegido la Conmebol, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Mar del Plata, Santa Fe, son sedes que están en alerta epidemiológica”. En este sentido, señaló que “los gobiernos de esas ciudades no respetan mucho” esa situación de alerta y que, de hecho, “por ejemplo hoy vuelven a las clases presenciales”, lo que implicaba “un riesgo muy grande” en caso de realizarse la competencia de selecciones nacionales.
“Entonces pensé: ‘frente al riesgo interno que tengo, ¿voy a sumar un riesgo externo'”, razonó el mandatario.
En la misma línea, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, sostuvo que si bien “la Argentina tenía un compromiso de organizar esta Copa América”, lo cierto es que la realidad sanitaria “lo impidió” por el avance de la segunda ola.
Cafiero subrayó que, “con tantos casos” de coronavirus, no se podía llevar adelante “un campeonato de estas características”.