El asesino en serie más famoso de la Argentina está preso desde hace más de 50 años.
Carlos Robledo Puch, conocido como “El Ángel de la Muerte”, ha pasado más de 52 años en prisión y tiene la posibilidad de ser trasladado a un penal de régimen abierto como antesala a su libertad. No obstante, durante una evaluación psicológica, Robledo Puch rechazó esta opción. “No quiero algo nuevo porque estoy acostumbrado a esto”, manifestó el múltiple homicida, de acuerdo con fuentes judiciales.
Robledo Puch, responsable de once homicidios ocurridos entre 1971 y 1972 en la zona norte del Gran Buenos Aires, se encuentra actualmente en el Pabellón 1 de la Unidad Penitenciaria 26 de Olmos, perteneciente al Servicio Penitenciario Bonaerense. Un fallo reciente, firmado por el camarista Oscar Quintana y el secretario de Cámara Bernardo Hermida Lozano, establece que “El Ángel de la Muerte” puede acceder a un régimen abierto de detención.
“Se hace lugar a la incorporación de Carlos Eduardo Robledo Puch al régimen abierto de detención, en el marco del Programa Casas por Cárceles de la Unidad 25 del SPB (Servicio Penitenciario Bonaerense), una vez que se produzca el cupo correspondiente, siempre y cuando preste su consentimiento al efecto”, detalla la resolución, de siete páginas. Este programa ofrece un espacio habitacional con privacidad y sin vigilancia armada, muros perimetrales, rejas u otras medidas de contención.
Pese a la posibilidad de cambio, Robledo Puch expresó a los peritos del Departamento Técnico Criminológico su temor y rechazo a ser trasladado, indicando que prefiere mantenerse en su actual régimen de detención. En ocasiones anteriores, el condenado manifestó que su deseo es “libertad o nada” y que, en caso de no permitirse su salida de prisión, preferiría permanecer en una casa dentro del penal de Sierra Chica, donde pasó 50 de sus más de 52 años de condena.
Durante la evaluación psicológica, Robledo Puch mostró una actitud “violenta y verborrágica”, hablando en voz alta y sin permitir respuestas del interlocutor, lo cual llevó al perito a concluir la sesión. “La entrevista carecía de sentido alguno ya que el interno no escuchaba lo que se le decía y la violencia del discurso iba en aumento”, explicaron las fuentes.
Condenado a reclusión perpetua más tiempo indeterminado por sus crímenes, Robledo Puch deberá cumplir ciertos requisitos, incluyendo peritajes psiquiátricos y psicológicos positivos, antes de poder acceder a la libertad condicional.
En junio del año pasado, el juez Quintana rechazó una solicitud de su abogado para obtener libertad condicional o prisión domiciliaria, argumentando que las condiciones edilicias no eran adecuadas y que los informes psiquiátricos señalaban comportamientos psicopáticos. En una entrevista realizada por el secretario del juzgado, Bernardo Hermida Lozano, Robledo Puch también presentó brotes de ira.
A fines de 2022, el juez Quintana había ordenado preparar al recluso para una eventual salida, pero los informes negativos frenaron la decisión. Entre otros factores, se consideró que Robledo Puch no estudia ni trabaja desde 1992, rechaza la medicación psiquiátrica y se niega a recibir tratamientos médicos indicados por dolencias menores.
Los especialistas describen al hombre como alguien que “presenta un trastorno de personalidad psicopático, con significativa omnipotencia al servicio de sostener su narcisismo”. Añaden que tiene “una autovaloración exacerbada, nula empatía, significativo monto de ira, superficialidad emocional, impulsividad, ausencia de introspección, emocionalidad displacentera no exteriorizada”. También se observa “ideación megalómana deliroide con aspectos paranoides” y una lógica que se aparta de la realidad en situaciones que afectan su autoestima, con posibilidad de conductas disfuncionales y escasos recursos de autocontrol.