Las estadísticas de la Ciudad advierten por un “cambio de composición” a raíz de un incremento de indigentes a costa de una disminución de pobres no indigentes.
El deterioro en las condiciones de vida se profundiza en los sectores de mayores y menores ingresos en la Ciudad de Buenos Aires, de acuerdo a los datos del último informe elaborado por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad (DGESYC),
El estudio arrojó que en el primer trimestre de 2023, la pobreza alcanzó al 15,8% de los hogares (213.000 casos) y 21,8% de las personas (673.000 habitantes), guarismos superiores a los del mismo período del año anterior, cuando fueron de 15,2% y 20,3%, respectivamente.
Desde el organismo porteño remarcaron que estos datos significan una desmejora relativa en relación con el primer trimestre de 2019, el último antes del inicio de la pandemia de coronavirus. En ese sentido, indicaron que en los cuatro años transcurridos, los cambios más importantes “se observan en el mayor peso de los hogares en condición de pobreza (especialmente en la indigencia), con la paralela disminución de los segmentos acomodados y medio”.
Además, precisaron que “esto se traduce como un deterioro simultáneo en las condiciones de vida en los grupos de mayores y menores ingresos”. En tanto que advirtieron por “el cambio en la composición”, con una mayor proporción de indigentes a costa de una disminución de la de los pobres no indigentes.
Al respecto, el informe indicó que en el primer trimestre de 2022, del 15,2% de hogares pobres, 10,5% fueron pobres no indigentes y 4,7% indigentes, mientras que un año después, del 15,8% total 10,3% fueron hogares pobres no indigentes y 5,5% indigentes. De esta manera, en doce meses la proporción de hogares indigentes sobre el total de hogares pobres pasó del 30,9% al 34,8%.
Al analizar la medición de las condiciones de vida por personas, queda a la vista el incremento de la indigencia que impacta en el nivel de hacinamiento de los hogares indigentes: en el primer trimestre de 2022, del 20,3% de la pobreza total, 14,4% correspondió a pobres no indigentes y el 5,9% restante a indigente, en tanto en el mismo período de 2023, sobre un total de 21,8%, 13,4% fueron pobres no indigentes y 8,4% fueron indigentes. De esa forma, la proporción de indigentes sobre la pobreza total pasó en un año del 29,1% al 38,5%.
En los otros estratos sociales, los pobres no indigentes pasaron en el período analizado del 7,6% al 10,1%, el sector medio frágil se redujo del 12,1% al 10,6%, la clase media tuvo un leve incremento del 48,2% al 49,2%, mientras que los sectores acomodados pasaron del 11,8% al 8,2%.
Los parámetros que emplea la DGESYC para su análisis establecen que son considerados indigentes aquellos cuyo ingreso total mensual no alcanza para cubrir la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y pobres no indigentes quienes no pueden cubrir la Canasta Básica Total (CBT). En el sector de no pobres vulnerables se encuentran aquellos cuyo ingreso total mensual es de al menos la CBT y no alcanza la Canasta Total (CT) del Sistema de Canastas de Consumo.
En cuanto al sector medio frágil, el organismo establece que está compuesto por quienes cuentan con un ingreso de al menos la CT, pero que no llega a cubrir el equivalente a 1,25 veces ese nivel. En tanto que en la clase media está la franja de hogares y personas cuyo ingreso total mensual es entre 1,25 y 4 veces la CT, y quienes exceden ese tope son considerados sectores acomodados.