El mismo día que Carlos Pirovano asumió como director del INCAA -organismo que permanecía acéfalo desde diciembre- oficializó el despido de 100 personas
El cine argentino ingresa en estado de alerta tras el despido y la cesantía de un centenar de trabajadores que integran el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
Se trata de la primera iniciativa del nuevo director, Carlos Pirovano, quien asumió el pasado jueves y, según denuncia el sindicato ATE, ese mismo día oficializó la finalización de contratos para el próximo 1° de abril.
“La nota que se conoció durante la tarde del jueves firmada con menos de 24 horas en el cargo deja a más de 100 trabajadoras y trabajadores contratados en la calle desde el 1 de abril, que se encuentran bajo modalidad de locación de obra (CLO) y locación de obra por especialidad (CLOPE) en la calle, aludiendo a razones presupuestarias, una forma esta de contratación que de por sí incurre en un fraude laboral por parte del Estado y los distintos gobiernos”, expresó ATE, que nuclea a los trabajadores del INCAA, tras una asamblea que realizaron este viernes en el Microcine ENERC.
La delegada del INCAA para ATE, Ingrid Urrutia, explicó que “de ninguna manera vamos a aceptar reincorporaciones parciales, y esta es nuestra postura colectiva” y consideró que “sin el INCAA y sus trabajadoras y trabajadores no hay una película que salga con apoyo del Estado y recursos del sector”. En ese marco, el Colectivo de Cineastas convocó a una Asamblea Abierta para la tarde del sábado, con el objetivo de discutir un plan de acción.
Carlos Pirovano, nuevo director del INCAA
El Gobierno nacional oficializó este jueves la designación del economista Carlos Luis Pirovano como presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Ocupó un lugar que permaneció acéfalo hasta el 21 de febrero, cuando se designó como interventor a Jorge Maximiliano Keczeli, quien renunció en enero de su cargo como Presidente del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales del Ministerio de Capital Humano.
Ajeno al sector audiovisual, Pirovano es economista, profesor universitario especializado en microeconomía, finanzas y planeamiento estratégico y fue vicepresidente del Banco BICE (Banco de Inversión y Comercio Exterior). En su pasado político se destacó como fundador de la Juventud de la UCeDé, mientras que en las últimas elecciones respaldó apoyó la candidatura presidencial de Patricia Bullrich.
Se desempeñó como subsecretario de Inversiones durante los dos períodos de Mauricio Macri en la jefatura de Gobierno porteña y trabajó luego con el exministro de Producción Francisco Cabrera, durante la gestión nacional de Cambiemos.
Las cifras del cine argentino
Argentina continúa ostentando un lugar de privilegio en el cine mundial: es el único país sudamericano que ganó dos premios Óscar, con La historia oficial y El secreto de sus ojos. Ese reconocimiento a nivel internacional genera el arribo de inversiones y, según expone el Sistema de Información Cultural de la Argentina (SINCA), la producción del arte genera un valor agregado bruto anual total del 1,8% del PBI, además de 340.000 puestos directos de trabajo privado
El mismo SINCA revela que el sector audiovisual es -dentro de la cultura- el que mayor aporta al Valor Agregado Bruto: su participación entre diez áreas pasó del 20% al 25% en una década, superando al de la publicidad (28% en 2010, 18% en 2020), actividad fuertemente ligada al desarrollo cinematográfico. Además, genera el 29% de los puestos de trabajo, consolidándose ampliamente como el rubro más empleador del arte nacional. En 2011, desde que Netflix comenzó a operar en la Argentina, los servicios de streaming incrementaron su inversión en el país en un 6846% en nueve años.
Por su parte, el INCAA hizo público un estudio desde su observatorio donde precisa que los puestos de empleo privado registrado en el sector crecieron un 45% entre 2007 y 2022, con un período de caída determinada por la desinversión estatal: el 2016-2019. En los últimos años, por su convergencia tecnológica, sus proyecciones de integración con el sector de videojuegos, su capacidad de exportación transnacional y la potencialidad de generación de valor agregado, la actividad audiovisual fue incluida como Economía del Conocimiento. Asimismo, aporta 5,2% de la actividad de la economía argentina, contemplando los efectos directos e indirectos sobre otros rubros.