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sábado, noviembre 23, 2024
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Así es el novedoso sistema de protección de obras de arte y contraseñas basado en ADN

La función criptográfica unidireccional es segura incluso frente a ataques de ordenadores cuánticos

La Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH, por sus siglas en alemán) ha desarrollado un nuevo método de análisis molecular que ayuda a demostrar la autenticidad de las obras de arte, además de proteger las contraseñas, mediante el almacenamiento de datos como si fuera una secuencia de bloques de construcción de ADN.

Según la publicación de la ETH, en la actualidad, las comprobaciones de contraseñas se basan en funciones criptográficas unidireccionales que calculan un valor de salida a partir de un valor de entrada, lo que permite verificar la validez de un cifrado sin revelarlo.

Una de las peculiaridades de las funciones unidireccionales es que la contraseña no puede calcularse a partir del valor de salida. Sin embargo, con la llegada de los ordenadores cuánticos, este cálculo inverso podría volverse más sencillo en el futuro. Los investigadores de la ETH desarrollaron una función criptográfica unidireccional diferente que sigue siendo segura incluso frente a ataques de ordenadores cuánticos.

¿Cómo funciona?

La nueva función bioquímica unidireccional se basa en un conjunto de 100 millones de moléculas de ADN diferentes. Cada célula contiene dos secciones con una secuencia aleatoria de bloques de ADN: una, para el valor de entrada y otra, para el de salida.

El acervo contiene varios cientos de copias idénticas de cada una de estas moléculas y únicamente quien disponga de una reserva de este ADN tendrá acceso. Mediante la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), se puede comprobar la contraseña, una secuencia corta de bloques de ADN. Durante la PCR la contraseña busca una molécula con un valor de entrada coincidente en un conjunto de cientos de millones de moléculas de ADN.

En cuanto a las obras de arte, por ejemplo, si hay diez copias de una misma imagen, un artista podría marcar las originales con un conjunto de claves poniendo ADN directamente en su obra.

Anne Lüscher, estudiante de doctorado que participó en el desarrollo del método asegura que “al tratarse de un sistema físico y no digital, no puede descodificarse mediante un algoritmo”. Por su parte, Robert Grass, director del estudio, asegura que, aunque a primera vista el principio del método parece complejo, “es fácil y barato producir moléculas de ADN con aleatoriedad incorporada”.