Según un medio norteamericano, las armas que salen desde Estados Unidos por contrabando alimentan el crimen en el Caribe.
Ninguna nación caribeña fabrica armas de fuego o municiones, ni las importa a gran escala, pero aún así representan la mitad de las diez mayores tasas nacionales de homicidios a nivel mundial, informó la agencia The Associated Press. En una carta dirigida a los legisladores estadounidenses a fines de septiembre, la fiscal general de Nueva York y otros 13 colegas de todo el país exigieron nuevas medidas para frenar el flujo de armas que salen desde Estados Unidos por contrabando.
Destacaron que el 90% de las que se utilizan en el Caribe se adquieren en los Estados Unidos y se introducen de contrabando en la región, según indicó en una declaración del senador Chris Murphy de Connecticut, citada en el informe. “Las armas de fabricación estadounidenses están fluyendo hacia las naciones y comunidades caribeñas y están alimentando la violencia, el caos y las tragedias sin sentido en toda la región”, escribió la fiscal general de Nueva York, Letitia James.
A mediados de 2023, el Gobierno de los Estados Unidos nombró a su primer coordinador para procesar casos de armas de fuego en el Caribe para ayudar a frenar el contrabando de armas desde aquel país hacia la región.
Mientras -sigue un cable de Xinhua- que la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas. de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) ya está rastreando armas de fuego decomisadas en el Caribe.
El año pasado, 266 armas de fuego decomisadas en las Bahamas se remitieron a la ATF, junto con 234 armas de fuego de Jamaica, 162 de República Dominicana y 143 de Trinidad y Tobago, de acuerdo con los datos más recientes de la agencia.