Profesionales nicoleños y provinciales abocados al tema aseguran que la problemática en menores de edad se encuentra instalada. Por ese motivo, brindan charlas y asesoramiento a las escuelas y padres que lo requieran. “El juego incide en circuitos neuroendocrinos cerebrales activando sistemas de recompensa rápida”, alertan.
De la redacción de EL NORTE
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La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y la Asociación Argentina de Pediatría Infanto Juvenil y Profesiones Afines (AAPI) aseguran que las apuestas en línea son en la actualidad una problemática creciente en la niñez y la adolescencia.
Los juegos de azar “ofrecen una accesibilidad sin precedentes”, indicaron las entidades en un documento, puesto que están al alcance de la mano a través de los teléfonos celulares. Esta problemática es, además, un emergente en las escuelas, donde adolescentes y niños alejados de sus padres aprovechan para apostar en clase y en los recreos.
La SAP y la AAPI señalaron que “la niñez y la adolescencia son etapas de la vida en la que somos particularmente vulnerables a desarrollar distintos tipos de adicciones”, por lo que “la exposición temprana a los juegos de azar puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de juego compulsivo en la edad adulta”. Si bien un porcentaje muy pequeño de las personas mayores de edad que juegan en casinos o bingos desarrollan un problema de este tipo, es muy distinto que la diversión por dinero comience a temprana edad.
“El problema no es solo psicológico, el juego incide en circuitos neuroendocrinos cerebrales activando sistemas de recompensa rápida que producen placer inmediato y mucha necesidad de continuar jugando, ya que tienden a ser repetidos compulsivamente”, fundamentaron los pediatras.
En esa línea, el comunicado añadió que “el estrés, la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental pueden surgir como consecuencia de los problemas del juego en línea”, así como también pueden desarrollarse otras conductas como tomar dinero familiar o las tarjetas de crédito.
Sobre el apartado legal, EL NORTE dialogó con el coordinador de la Secretaría Especializada en Cibercrimen y Evidencia Digital del Departamento Judicial de San Nicolás, Julio Pérez Carretto. “Primero vale aclarar que el delito de juego clandestino está penado por el artículo 301 bis del Código Penal”, señaló y explicó que si el entretenimiento no está controlado, puede provocar severos efectos en el entorno de quien lo ejerce. “El problema radica en que siempre el jugador quiere ganar dinero, y cuando pierde, quiere recuperarlo. Se infringen cualquier tipo de regla, norma o leyes con tal de jugar que a la larga crea una adicción que puede provocar ludopatía”, alertó.
En el caso de los niños, niñas y adolescentes que se encuentran inmersos en la problemática en cuestión, dijo que muchas veces “los menores comienzan a robarles dinero a sus padres, o venden pertenencias para que el dinero obtenido sirva de sustento del juego”.
Atención adultos
El Ministerio Público Fiscal local brinda charlas de prevención acerca de delitos informáticos como grooming, pornografía infantil, difusión no autorizada de material íntimo. Y desde el año pasado, sumaron a sus competencias las apuestas de juegos online. Así, comenzaron a presentarse en las escuelas con el objetivo de visibilizar el tema y dirigirse fundamentalmente a los padres y madres. Aunque este 2024 planean extender el diálogo a los menores de edad.
Pérez Carretto hizo hincapié en la corresponsabilidad de los adultos en la problemática online y en la necesidad de que se involucren. Durante las charlas destinadas a los progenitores, remarcan principalmente el control del dinero.
Los expertos en el tema destacan que este tipo de problemática es frecuente en hijos de padres separados: el hijo le pide dinero a su madre para comer al mediodía en la escuela, pero le pide a su padre por el mismo motivo. Entonces tiene más dinero, una parte efectivamente destinó al alimento y con la otra, apostó.
Teniendo en cuenta que actualmente estas actividades se pagan con dinero digital, uno de los mecanismos de control que tienen los progenitores es seguir de cerca los movimientos bancarios que realizan sus hijos. No obstante, esta inspección puede ser superada al recurrir al dinero prestado en efectivo. “Un adolescente le puede dar plata a su amigo para que éste desde su cuenta le deposite dinero en una sala de juego y así pueda acceder”, expuso y aseguró que “el control puede servir un par de veces, pero a la larga los implicados pueden vulnerarlo y sortear a sus padres”.
“No recomendamos sacarles el celular y revisarles las conversaciones, porque los adolescentes al sentirse invadidos se pueden cerrar aún más. Aconsejamos entonces entablar directamente la conversación explicándoles la verdad de los riesgos”, sugirió. Además, “nunca retarlos porque los retrae. Tratamos de generar en los padres un lazo de confianza con sus hijos más allá de que la situación les genere enojo”, agregó y comentó que hay más probabilidades de que los jóvenes manifiesten lo que les está pasando.
Por otro lado, aquello que también recomiendan a los padres es que cuando se enteren de estas situaciones, se acerquen al Ministerio Público Fiscal (Colón 86) y les den conocimiento. En tanto, destacan que puede hacerse sin brindar datos personales.
“Es crucial que los padres, tutores y educadores estén informados sobre los riesgos asociados con las apuestas en línea”, se manifestaron en concordancia las organizaciones, y subrayaron: “Los gobiernos y las autoridades reguladoras deben implementar medidas efectivas para proteger a nuestros niños, niñas y adolescentes de las prácticas de juego en línea”.
Programa de contención
En la provincia de Buenos Aires existe desde 2005 el Programa de Prevención y Asistencia al Juego Compulsivo, articulado desde el Instituto Provincial de Lotería y Casinos, una entidad que se encarga de explotar, administrar y regular el juego en todo el territorio bonaerense. Si bien está destinado a personas adultas que desarrollan un problema con el juego, los profesionales de esta red de contención -que cuenta con sedes en varias localidades- aseguran que esta problemática en menores de edad está instalada e irrumpió de forma muy rápida. Por ese motivo, brindan charlas y asesoramiento a las escuelas que lo requieran.
“Entre los 80 y los 90 se vivió el cambio de los juegos tradicionales, de paño, a los juegos electrónicos. Y de la pandemia hasta hoy, estamos viviendo otra transición que es hacia lo virtual, todo lo que tiene que ver con casinos virtuales, que es un poco la problemática por la que estamos recibiendo muchas consultas”, explicó Matías D’Onofrio, psicólogo y coordinador del Programa de Prevención y Asistencia al Juego Compulsivo con sede en Olavarría.