La semana pasada, en una reunión de la mesa chica de la CGT, se avanzó en un acuerdo preliminar entre los gremios más poderosos que básicamente definió que en vez de cuatro, la central obrera tendrá tres co secretarios generales y que éstos serán Héctor Daer (Sanidad), Carlos Acuña (Estacioneros) y Pablo Moyano, con una mala noticia para Antonio Caló.
El metalúrgico Antonio Caló, quien hace meses se viene autopostulando para ser uno de los jefes cegetistas, no fue invitado a ese encuentro.
Apenas trascendió ese acuerdo que dejaba afuera a la UOM de la conducción de la central obrera peronista, Caló armó una reunión en SMATA de la confederación que nuclea a los gremios industriales (CSIRA).
La idea era que de ahí saliera una resolución de apoyo al líder metalúrgico, pero sobre todo el reclamo de que uno de los secretarios generales de la CGT debía representar a los sindicatos industriales. Al final de cuentas, Daer, Acuña y los Moyano representan a los gremios de servicios.