Una familia de barrio Las Mellizas alquiló un castillo inflable para un cumpleaños y cuando los dueños fueron a retirarlo y cobrar el servicio, no había nadie en el lugar, cortándose toda comunicación. Aparentemente el castillo estaba siendo vendido en villa Canto estando involucrada una familia problemática.
De la redacción de El Norte
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Como se estila en este tipo de servicios, la mujer solicitó por las redes sociales el alquiler de un castillo inflable para un cumpleaños que se iba a llevar a cabo en una vivienda de barrio Las Mellizas acordando el pago del mismo al finalizar el evento e ir a retirar el inflable. Lo triste de este episodio fue que cuando los dueños del castillo fueron a buscarlo se encontraron con una casa vacía y que quien había pedido el alquiler no contestaba los mensajes y había cortado la línea de teléfono. Indagando más se supo que la estafadora pertenece a una familia de Villa Canto que es muy problemática en el barrio y cuyos miembros ya tuvieron numerosos problemas con la justicia y sus vecinos.
De hecho a las víctimas de la estafa les informaron que el castillo estaría precisamente en ese barrio llegando a La Emilia, pero al ir a reclamar se encontraron con la negativa y agresividad de esta gente considerada peligrosa.
¿Dónde está?
Por lo que pudo saber nuestro medio esta familia de apellido Cafiero tiene a maltraer a la gente del barrio generando temor en su accionar. El castillo inflable ha sido aparentemente ofrecido a la venta hablándose de precios, algunos irrisorios, que van desde los $5000 hasta 15.000$ jugando con la herramienta de trabajo de una familia.
Esta gente problemática, según lo comentado por sus vecinos ya había sido expulsada de Villa Campi y fueron a vivir a este barrio cercano. En dialogo con EL NORTE vecinos de la zona contaron que están atemorizados y cansados de su accionar y que estaban ofreciendo el castillo a muy bajo precio para “sacárselo” de encima cuanto antes.
Aun así los “Cafiero” niegan la acusación ya que alegan que quién realizó la estafa no vive más con ellos, por una disputa familiar y que se había mudado a Las Mellizas.
La realidad es que el castillo inflable no aparece y los perjudicados vieron afectada una importante fuente de ingresos, ya que no pueden cumplir con una serie de compromisos que tenían asumidos con otras fiestas.