EL NORTE consultó a la Lic. Valentina Neira en relación con esta efeméride que se instala en la agenda sanitaria de nuestro país cada junio. “Otros alimentos –además de la proteína de la leche de vaca– que producen alergias con frecuencia son: clara de huevo, pescados, nueces, maní, soja y gluten. No hay que evitarlos, sino incorporarlos con cautela y a la edad correspondiente”, sostuvo.
De la Redacción de EL NORTE
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En junio, la agenda de efemérides sanitarias de la Argentina instala la visibilización de las alergias alimentarias. EL NORTE consultó a la Lic. Valentina Neira (MP 5257) para conocer más sobre estas afecciones que se dan en una parte de la población y son más habituales en niños menores de cinco años. Más de 70 son los alimentos que pueden provocarlas.
“Para comenzar a describir qué es una alergia alimentaria hay que diferenciarla de una intolerancia, ya que a menudo se confunden. Una intolerancia puede causar algunos signos y síntomas similares a una alergia, pero no involucra al sistema inmunitario, generalmente se manifiesta a través de malestar gastrointestinal. En cambio, una alergia alimentaria implica que el sistema inmunitario considera peligroso a un alimento específico y desencadena una serie de reacciones que pueden o no ser graves”, precisó la nutricionista.
Neira indicó que los síntomas suelen variar presentándose como problemas digestivos, urticaria, picazón hasta inflamación de las vías respiratorias. “Generalmente se manifiestan desde unos minutos a dos horas después de consumir el alimento”, notó.
Se calcula que las alergias alimentarias afectan al 8 por ciento de niños y niñas menores de 5 años y hasta el 4 por ciento de los adultos.
Recomendaciones nutricionales
“A pesar de que no existe cura, hay algunas recomendaciones nutricionales para prevenirlas. Estudios han mostrado que la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad tiene efecto protector sobre la aparición de algunas alergias alimentarias. Luego de esos seis meses, continuar con la lactancia materna e ir adentrándose a la alimentación complementaria de forma gradual se considera la mejor forma de proceder, ya que se asocia a la introducción temprana de alimentos (en niños menores a 4 meses de edad) con mayor sensibilidad a alergias. También actualmente se sugiere retrasar la introducción de lácteos hasta el año de edad, ya que la alergia a la proteína de la leche de vaca es una de las más frecuentes entre los niños y niñas”, expresó y agregó: “Otros alimentos que producen alergias con frecuencia son: clara de huevo, pescados, nueces, maní y soja. Esto no quiere decir que hay que evitarlos, solamente que hay que incorporarlos con cautela y a la edad correspondiente. En cuanto al gluten (harina de trigo, panificados, galletitas, fideos) se sugiere incorporarlo a la alimentación de forma gradual, es decir, cuando los bebés comienzan con su alimentación complementaria a los seis meses, pero es muy importante que sea en pequeñas cantidades y evitando productos envasados con muchos colorantes, saborizantes, azúcares, entre otros ingredientes que suelen agregarles a los alimentos infantiles envasados. Suelo decirles a mis consultantes que entre menos paquetes se abran en el día, mejor será su nutrición. Siempre es mucho más saludable la comida casera tanto en niños como adultos”.
“Ante la duda o sospecha de una alergia alimentaria, intolerancia o malestar, las personas deben acudir a su médico o médica de cabecera para que realice el diagnóstico correspondiente y luego consulten con un o una licenciado/a en Nutrición matriculado”, recomendó la especialista de @nutricionemergente.
Sospecha, prevención y manejo
El objetivo de estas fechas especiales es promover la concientización, aumentar la sospecha clínica y tomar acciones sobre su prevención y manejo adecuado.
Las alergias alimentarias pueden definirse como respuestas exageradas del sistema inmunológico que se producen por el consumo de un alimento en particular, llevando al organismo a liberar histaminas, que son químicos causantes de síntomas de alergia.
Aparecen, por lo general, debido a un fallo en la tolerancia inmunológica producida por factores como la carga genética de las personas, el estado de la barrera de la mucosa intestinal, la edad o el tipo, la cantidad y la forma de presentación del alimento, entre otros. La mayoría de las reacciones son leves, pero en ocasiones pueden ser muy graves o incluso pueden presentar riesgo de muerte.
Los alimentos más comunes –que generan entre el 80 y 90 por ciento de estas afecciones– son: huevos, pescado, leche, maníes, mariscos como camarón, cangrejo y langosta, soja, nueces, trigo, frutos secos. También los aditivos como colorantes, espesantes y conservantes pueden producir reacciones alérgicas o de intolerancia.
Algunas personas tienen alergia oral. Este es un síndrome que afecta a la boca y la lengua después de comer ciertas frutas y verduras frescas, como el melón, la manzana, el ananá y otros alimentos que contienen sustancias similares a ciertos pólenes.
Los síntomas más frecuentes de las alergias alimentarias son: inflamación o irritación de labios, boca, lengua y garganta, reacciones en la piel (inflamación, ronchas, sarpullido y dermatitis), silbidos al respirar, congestión nasal o dificultad para respirar, diarrea, sensación de malestar, vómitos, mareos, aturdimiento y dolor abdominal, tos, irritación, enrojecimiento y picazón en los ojos.
Estos síntomas pueden ser causados por otras afecciones ajenas a una alergia alimentaria. Por lo que si una persona presenta alguno de ellos, debe consultar con un médico.