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domingo, octubre 20, 2024
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AL MENOS 7 DOCENTES IMPUTADAS POR FALSO TESTIMONIO Y ENCUBRIMIENTO

ABUSOS EN JARDÍN BELÉN

Mientras se acerca el primer mes desde que el Tribunal Oral y Criminal Nº 2 dictara sentencia condenatoria contra el cura Tulio Matiussi y el portero Anselmo Ojeda –junto con la absolución de la portera Rubíes– por abusos sexuales infantiles, se investiga en la UFI 4 al personal del Jardín Belén por la presunción de falso testimonio y encubrimiento.

López, Baquedano y Ocariz valoraron como inconsistentes las expresiones del personal del jardín.IARA CERASI / EL NORTE

Carolina Mitriani
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La sentencia que determinó 15 años de prisión efectiva –por ahora, hasta que quede firme, domiciliaria– para Matiussi y Ojeda por cometer abusos sexuales contra infantes en la institución sampedrina Jardín Belén llegó tras la consideración de una cantidad “abrumadora” de pruebas en su contra. En el transcurrir de las seis extensas jornadas de debate, donde se expuso una “amplitud en el plexo probatorio” –como describió el Dr. Ariel Fusco, representante de particular damnificado– sucedieron testimonios con marcadas inconsistencias.

La directora del jardín (Silvia Basante) y seis integrantes del cuerpo docente (Perla Basante, Florencia Bonvisutto, Daniela Garmendia, Natalia Grimoldi, María Victoria Barceló y Paula Bennazar) están ahora imputadas por los delitos de falso testimonio y encubrimiento.

La IPP iniciada desde el TOC 2 recae en la Unidad Fiscal N° 4 de San Nicolás, a cargo de la Dra. Verónica Marcantonio. Las familias denunciantes señalaron en diálogo con EL NORTE que la lista es más extensa aún en cuanto a las presunciones de los dos delitos, resultando durante las rondas de testimoniales en favor de los tres acusados y en particular de los sentenciados.



Observaciones

Fueron reiteradas las señales de alerta que sus contradicciones, confusiones y silencios presentaron en el desarrollo de las respuestas al ser interpeladas por los fiscales Dr. Hernán Granda y Dra. Franca Padulo.

Por tal motivo, el Dr. Ariel Fusco solicitó durante su turno de alegatos de cierre elevar una copia del expediente en caso de dictarse sentencia condenatoria, como luego sucedió, para contar con la toma textual del contenido de sus expresiones en el recinto del Palacio de Tribunales.

Detalles en valor

EL NORTE estuvo presente en las siete jornadas del juicio oral y público, donde pudo escuchar de manera directa el relato de los testigos del caso. Una de las primeras docentes en declarar, profesora de Educación Física, resaltó que en su amplia carga horaria –dictaba clases en las tres salas, tanto en turno mañana como tarde– no podrían haber ocurrido los abusos sexuales.

“Si yo hubiera visto algo, ¿cómo no hubiera intervenido?”, cuestionó ante las consultas del Ministerio Público Fiscal. Frente a la requisitoria del accionar con sus hijos, también alumnos de la institución, reiteró: “Lo descartamos (que pudieran haber padecido o presenciado abusos) como matrimonio y como docente”.

Negó ante el tribunal haber dado lugar a revisiones médicas y consultas con profesionales de la psicología para ahondar en lo que ya era algo de común conocimiento en la comunidad educativa. Varias veces marcó que no le preguntó a sus hijos si habían sido víctimas porque “no sabía” cómo hacerlo; aunque luego dijo “tampoco desconozco”. Su línea de relato conducía –como en otros testimoniales docentes– hacia la idea de implantación de relato en los niños a causa de la “insistencia” de los padres y madres.

“La situación fue un caos. Lo primero que salta es Anselmo”, relató, cuando detalló que el 7 de diciembre del 2017 conoció a través del grupo de WhatsApp de padres sobre las sospechas de abusos contra los niños y niñas de entre 3 y 5 años. “Un papá cuenta en un audio que había que movilizarse y preguntar a los niños. Nos dijo que estemos atentos, que había más (niños abusados que los cinco de la causa). Que preguntemos”, recordó.



La principal cuestión que condujo a la causa que ahora se desprende del juicio fue la inconsistencia con la que el personal del Jardín Belén se refirió a la presencia del sacerdote Tulio Matiussi en el edificio. Una de las docentes expresó la mínima intervención del cura, señalando que fue una sola vez a la institución, en el acto de apertura del ciclo lectivo 2017. Otra de ellas refirió que “el padre Tulio no tenía buena relación con nosotras (las docentes)” y por eso no iba. Esto fue cortado de raíz en voz del mismísimo Matiussi, quien expresó en su acotada intervención en el juicio que estuvo al menos entre 9 y 18 veces en el jardín de infantes.

En los relatos que fueron valorados como “cerrados” e “institucionalizados” el personal del Jardín Belén se conducía hacia el mismo uso de palabras y estructuras, al punto de coincidir en la construcción de algunas de sus respuestas como “por la dinámica del jardín, es imposible” y “con la dinámica que tiene el jardín, no lo creo”. En todos los casos, estas presentaciones se vieron desplomadas en su solidez cuando llegaba el turno de responder preguntas de la querella.

En las exposiciones de cierre se identificó ante esto la posibilidad de que las testigos se pusieran de acuerdo de manera previa para decir lo mismo en sus presentaciones, incluso en los pasillos de espera previo a ingresar al recinto, algo que el tribunal –compuesto por el Dr. Alejandro López y las Dras. María Elena Baquedano y María Belén Ocariz– luego valoró en la sentencia. Los fiscales Padulo y Granda señalaron en los alegatos de cierre la presencia de un “deber de obediencia” por parte de las empleadas, por lo que desde esa instancia marcaron con solidez su lectura de responsabilidad civil-penal por su interés en la causa al atestiguar.

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