Luego del ataque con arma blanca de un alumno a un compañero, la comunidad educativa de la Secundaria Nº 5 vivió ayer horas de zozobra ante el conocimiento de amenazas por parte de familiares del alumno agresor. Se requirió custodia policial. La inspectora jefa distrital como la directora del establecimiento optan por el silencio.
De la redacción de EL NORTE
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La semana pasada, un alumno de primer año de la Escuela de Educación Secundaria Nº 5 agredió a un compañero con un arma blanca. La noticia publicada por este diario causó estupor no solo por las consecuencias que pudo haber tenido el ataque, sino también por el hecho de que un alumno de 13 años portara un arma en inmediaciones de un establecimiento escolar. El joven agredido debió ser trasladado al Hospital San Felipe, con lesiones consideradas leves.
Ayer, la comunidad educativa de la EES Nº 5 volvió a vivir momentos de tensión tras circular versiones de amenazas contra la institución que habrían proferido los familiares del alumno agresor. De hecho, fuentes de la Departamental confiaron a este medio que las autoridades de la escuela requirieron custodia policial para garantizar la seguridad de los alumnos a la salida del establecimiento.
El escenario es delicado, y requiere de acciones de prevención que permitan llevar tranquilidad a toda esa comunidad educativa. Padres de otros alumnos del establecimiento aseguran que la familia del agresor como la del agredido suelen tener conductas violentas, por lo que el temor se ha generalizado.
Por esta razón, EL NORTE intentó –en reiteras oportunidades– obtener la palabra de la inspectora jefa distrital, Virginia Vivas, quien ignoró sistemáticamente toda requisitoria. La funcionaria pública estuvo reunida ayer con la directora del establecimiento, aunque nada explicó de las acciones a implementar para garantizar la seguridad de los alumnos que concurren a dicha escuela. Un silencio que hace ruido, puesto que debiera dar cuenta de las medidas a adoptar para que el resto del alumnado pueda concurrir a clases sin necesidad de vivir momentos de tensión por amenazas de terceros. Tampoco la directora de la escuela accedió a brindar explicaciones.