Con esta decisión, la Casa de Moneda se encuentra cada vez más cerca de una inactividad total, acercándose a su cierre, el cual fue anunciado oficialmente por el gobierno hace algunas semanas.
El Banco Central decidió cancelar los únicos contratos que tenía con la Casa de Moneda para la impresión de billetes. Las entregas pendientes de billetes de 1.000 y 2.000 pesos, que estaban atrasadas debido a problemas de producción en la imprenta estatal, no se realizarán a raíz de esta decisión del BCRA.
Según trascendió, estos billetes de denominaciones bajas dejarán de producirse debido a su desvalorización frente a la inflación.
Debido a los retrasos de la Casa de Moneda y el impacto de la inflación, el Banco Central espera recibir los nuevos billetes de $20.000 y continuar imprimiendo más de $10.000 para satisfacer la demanda de efectivo.
Con esta decisión, la Casa de Moneda se encuentra cada vez más cerca de una inactividad total, acercándose a su cierre, el cual fue anunciado oficialmente por el gobierno hace algunas semanas.
A través de un comunicado interno, la dirección del organismo notificó al personal sobre el cese de la producción de billetes y la decisión de que aquellos sin tareas asignadas se tomen vacaciones: “Se procederá a detener a partir de hoy a las 22.00 hs. Todos los procesos productivos referentes a la fabricación de billetes. Por tal motivo, a todo el personal afectado exclusivamente a dicha actividad productiva, se le dará curso a la utilización de períodos vacacionales que tengan disponibles”. Puntualizó el mensaje a los empleados de Casa de Moneda.
Más allá del anuncio del Gobierno, la decisión del Banco Central se tomó en la reunión de Directorio del pasado viernes, motivada en dos razones contundentes. Según explican en la autoridad monetaria.
La primera es “el incumplimiento total” del cronograma de entrega de billetes por parte de Casa de Moneda de 3 contratos que se sellaron en la gestión de Miguel Pesce durante el gobierno anterior. La segunda razón. Es que Casa de Moneda le cobró al BCRA por esa impresión un precio que representa el doble de lo que cuesta hacer esos billetes en el exterior. En base a lo pagado por el BCRA en estos días para la llegada del nuevo billete de $20.000.
Los contratos
El Banco Central ya había abonado el 45% del monto correspondiente a tres contratos: uno firmado en noviembre de 2021 con una entrega prevista para el primer semestre de 2022; un segundo contrato sellado en septiembre de 2022, con entregas programadas para principios de 2023. Y un tercer acuerdo firmado en febrero de 2023. El cual contemplaba entregas para la segunda mitad del año.
Sin embargo, todas las fechas de entrega fueron incumplidas por la Casa de Moneda. Con el paso del tiempo y el impacto de la inflación, esos billetes de denominaciones bajas se volvieron innecesarios. En el sistema financiero, hay quejas sobre el exceso de billetes de $1.000, que el BCRA no acepta. Muchos bancos grandes tuvieron que alquilar depósitos y transformarlos en espacios de almacenamiento solo para acumular billetes de $1.000. En la jerga de los tesoreros, se les denomina irónicamente “sarcófagos” a esos lugares fuera de las sucursales, llenos de billetes de bajo valor, en diversas condiciones. Pero que actualmente no son necesarios en el sistema económico.