Dos años atrás, Arabia Saudita daba la gran sorpresa en Lusail al derrotar a una selección argentina que llegaba con un invicto de 36 partidos y como gran candidata. Los saudíes lo dieron vuelta en el segundo tiempo y justificaron la victoria. Un golpe tan duro como necesario para lo que vendría después.
Bien temprano en la mañana de aquel 22 de noviembre de 2022, Arabia Saudita nos dio un golpazo en el inicio de la primera Copa del Mundo en tierras árabes. Los saudíes plantearon el partido perfecto en el segundo tiempo y dieron la gran sorpresa en el fantástico estadio Lusail. Los Halcones Verdes dieron vuelta el juego con los goles de Saleh Al-Shehri y Salem Al Dawsari después del gol de penal de Lionel Messi y le quitaron el invicto de 36 juegos sin perder al equipo de Lionel Scaloni.
El arranque fue furioso para la Albiceleste. En pocos minutos, encontraron la primera chance de peligro en los pies de Messi con un zurdazo rasante evitado por el arquero Mohammed Alowais y un penal sancionado a través del VAR por un agarrón finito a Leandro Paredes que el capitán argentino transformó en gol con un disparo rasante y a un costado.
El elenco celeste y blanco cedió la tenencia y los árabes se adueñaron de la pelota por momentos con algún acercamiento al área del Dibu Martínez. Al elenco de Scaloni no le cayó bien el gol en lo futbolístico a pesar del pase filtrado de Papu Gómez a Lautaro Martínez para una brillante definición a la red anulada por el VAR y otro tanto suprimido por la herramienta arbitral a Messi.
Arabia mostró orden y eso complicó a la Albiceleste para desarrollar el juego colectivo que lo caracteríza. Imprecisiones, desconexiones y dificultades para romper ese paso adelante de la defensa verde que siempre dejó en posición adelantada a los delanteros de Argentina. Fue una incómoda primera mitad del equipo rioplatense.
El complemento empezó con un golpazo para la Selección. Arabia empató el partido gracias a un preciso remate cruzado de Saleh Al-Shehri y pegó la segunda estocada con un verdadero golazo de Salem Al Dawsari, en la puerta del área ante la estéril reacción del Dibu Martínez.
Un golpazo
El estadio se vino abajo. Los argentinos, que vivían una fiesta en Qatar, se sintieron visitantes por primera vez. Y tanto el público en las tribunas como los jugadores en el campo de juego lo sintieron.
El cambio de rumbo del encuentro obligó a la Selección sudamericana a probar con variantes frente un juego deficiente en todas sus líneas. Lisandro Martínez (por Cristian Romero), Julián Álvarez (por Alejandro Gómez) y Enzo Fernández (por Leandro Paredes) fueron los elegidos por Scaloni para desnivelar nuevamente el cotejo. Le costó encontrar el funcionamiento adecuado para llegar con riesgo al arco árabe y el orgullo entró en juego en un momento caótico del equipo.
Y fue a buscarlo por los caminos incorrectos pero lo intentó con un tiro de Ángel Di María tapado por el arquero, un cabezazo por encima del travesaño de Lisandro Martínez, un tiro libre de Messi por arriba y un testazo más de Leo.
Todos los esfuerzos fueron en vano y la Selección Argentina debutó con un golpe tremendo en la Copa del Mundo. Arabia Saudita le ganó táctica y actitudinalmente a una Albiceleste desdibujada, sin respuestas y llena de nervios. Hoy se cumplen dos años de ese bombazo total del Mundial de Qatar 2022 que significó un baño de humildad y un despertador para el equipo de Scaloni en la obtención de un título inolvidable.
“No los vamos a dejar tirados”, declaró Messi tras el encuentro. Y vaya si cumplieron.