Encontraron muertos a el Turco Nasif y su pareja Mónica Ramírez en febrero de 2005. Los cuerpos estaban en su casaquinta del barrio Automóvil Club. El empresario de la noche había sido asesinado a balazos, la mujer a golpes de martillo. Antes de morir Nasif escribió con sangre el nombre de su asesino en la pared. En 2008 fueron condenados a perpetua Carlos Ruiz, Leonardo Rutti, Leandro Marani y Elvio Portillo.
De la redacción de EL NORTE
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En la madrugada del 16 de febrero de 2005, cuando efectivos de la policía llegaron a la casaquinta de Caseros 39 bis en barrio Automóvil Club, se encontraron con una escena macabra. El Turco Nasif y su pareja Mónica Ramírez sufrieron un brutal ataque.
Los cuerpos de Roberto “Turco” Nasif, de 55 años, y de su pareja Mónica Ramírez, de 31, habían sido masacrados en una de las habitaciones de la casa y la caja fuerte donde antes se habrían guardado 84.000 dólares estaba abierta y vacía.
El Turco tenía al menos un impacto de bala en la cara y otro orificio en la zona pulmonar. Mientras que su mujer, muerta en el baño, tenía la cabeza tapada con una sábana y fuertes golpes en distintas partes del cuerpo, que luego se supo, los provocó un martillo. En ese dormitorio, donde yacían las víctimas, en la pared de la cabecera de la cama Nasif había alcanzado a escribir con su propia sangre el nombre del asesino: claramente podía leerse la palabra “Leo”.
Horas después de descubierto el crimen, mientras la policía de San Nicolás empezaba a investigar el caso. En la ciudad de Rosario se denunciaba que a un hombre lo hirieron de un escopetazo cuando esperaba un colectivo en la Ruta Nacional 9, a la altura de la ciudad de Funes. En ese momento los investigadores trabajaban con la hipótesis de que el herido podía haber sido víctima del denominado “Loco de la Escopeta” que en ese momento asolaba la ciudad.
El relato despertó sospechas y los agentes de la Policía rosarina acudieron al Hospital de Emergencias Clemente Álvarez a entrevistar al hombre de unos 50 años que había ingresado con una perdigonada en el pecho. El herido dijo llamarse Carlos Lozano y que le habían disparado desde un auto en movimiento.
Un llamado alertó a los investigadores de que el sujeto herido había masacrado a una persona en San Nicolás, después se supo que en realidad las víctimas eran dos, Nasif y su pareja. Su verdadero nombre era Carlos Horacio Ruiz. Poco después, también en Rosario, apresaron a un segundo sujeto de apellido Marani acusado de haber participado en la masacre.
A casi un mes de conocido el hecho, el 15 de marzo de 2005, la policía detiene a Leo, el tercer hombre. Lo encuentra en Esquel, en la provincia de Chubut. Leonardo Mauricio “Leo” Rutti, de 27 años, circulaba junto a su pareja en un Peugeot 405 por las calles de esa ciudad cuando lo interceptó las fuerzas policiales.
Y por último, en Villa Ballester los uniformados localizaron al cuarto partícipe, se trataba de Elvio Portillo Bustamante, de 47 años.
Leo y el “Rey de la noche”
Leonardo Mauricio “Leo” Rutti era oriundo de Arrecifes, se jactaba de ser familiar del corredor automovilístico Luis Rubén Di Palma y conocido de las víctimas. Fue socio y amigo del empresario que asesinaron.
Roberto “Turco” Nasif había sido dueño de varios boliches, era un empresario de la noche nicoleña. Había quedado cuadripléjico tras recibir un balazo durante un presunto asalto a una de las discotecas.
Uno de sus socios en algunos emprendimientos había sido Leonardo “Leo” Rutti, quien le había alquilado a Nasif un local para montar un nuevo boliche. Le había adelantado el pago de alquileres y había invertido dinero para reacondicionar un local. Sin embargo, luego no lo pudo habilitar y sobre él pesaban deudas anteriores al contrato.
Por esta razón se suponía que Leo había ido a la casa de Nasif la noche del crimen para reclamarle el dinero. Una vez allí, los asesinos habrían llevado a Mónica Ramírez a un baño donde le taparon la cabeza con una sábana y una bolsa. Allí la sometieron a tormentos para exigirle la entrega de plata.
Después se acercaron a Nasif, quien se defendió desde la cama con un pistolón. Desde donde efectuó un disparo que hirió a uno de los atacantes. Los agresores respondieron con un arma 9 milímetros y lo mataron de dos balazos. Finalmente, los delincuentes sacaron 84.000 dólares de la caja fuerte y huyeron.
El juicio oral y público por el doble homicidio se realizó tres años después, en mayo de 2008. Los cuatro hombres, Carlos Horacio Ruiz, Leonardo Mauricio Rutti, Leandro Ramón Marani y Elvio Agustín Portillo, obtuvieron la condena de cadena perpetua.