ESQUIVAR LAS INTERNAS: LA ARDUA CONSIGNA DE LOS ESPACIOS POLÍTICOS HACIA LAS PRIMARIAS DE SEPTIEMBRE

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Para las PASO 2021 faltan dos meses y medio. Pero solo restan 27 días para que cada alianza o partido político deba presentar a las juntas electorales partidarias sus listas de precandidatos. Como siempre, consensuar listas únicas será el objetivo primero. Como también suele ocurrir, seguramente habrá heridos en todos lados. La primera definición que orientará ese proceso será la oficialización, el 14 de julio, de las alianzas y frentes electorales. 

Leandro Madeo
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La cita parece lejana. En tiempos de pandemia la fecha del 12 de septiembre puede sonar remota. No lo es. Y mucho menos lo son otras jornadas previas a las elecciones primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), también señaladas en rojo en el cronograma electoral. El 14 de julio deberán estar constituidos los frentes y alianzas que aspiren a competir. Y el 24 del mismo mes, las listas con nombres y apellidos de los precandidatos. Para uno y otro hito preelectoral restan apenas 17 y 27 días, respectivamente.   

Es por eso que durante esta semana que pasó (e incluso antes también) comenzaron a producirse y a multiplicarse movimientos políticos de todo tipo: algunos subterráneos, otros para la foto; algunos orquestados, otros surgidos de la inspiración del momento.

Como suele ocurrir, esos movimientos derraman de arriba hacia abajo. A nivel nacional primero, en las provincias después y llegando luego (en el caso del suelo bonaerense) a cada sección electoral y cada distrito. Es que los armados dependen en primer término de la arquitectura nacional: el intrincado, arduo y cambiante escenario de alianzas entre diversos sectores.

Agrupamientos

Tal vez no sea falso que la clase dirigente piense solamente en los nombres de los candidatos. Pero esos ‘quién’, para llegar a estampar sus nombres en las boletas electorales dependerán del ‘cómo’. O del ‘con quién’.

De uno y otro lado de la grieta, los actuales esfuerzos nacionales tienen que ver con sostener y en el mejor de los casos ampliar la base que en la previa de las Elecciones 2019 dio sustento y andamiaje al Frente de Todos y a Juntos por el Cambio (que podría ser rebautizado luego de la elección perdida en Nación y en suelo bonaerense).

Por ahí pasará la primera gran definición hacia las PASO de septiembre. Naturalmente, lo mismo rige para los espacios ubicados por fuera de la polarización: la derecha más extrema, la izquierda, el progresismo.

Una vez presentadas ante las autoridades nacionales de la elección, esas alianzas resultantes tendrán sus correlatos provinciales. Y en algunos casos, aparecerán también las agrupaciones sueltas de origen municipal.

Todo ello, según lo establece el cronograma electoral nacional (con adhesión bonaerense y criterio de simultaneidad) deberá estar listo, cerrado y plasmado en papel el 14 de julio. Faltan 17 días; algo más de dos semanas. Nada más.

Los “pre”

Se abrirá entonces el proceso más álgido y tumultuoso en cada una de las alianzas y sectores: el de la designación de los precandidatos. El tiempo límite para tener todo presentado ante las juntas electorales partidarias (tanto en Nación como en Provincia) expira cuando se termine el día 24 de julio. Habrá entonces un período de 7 días para las impugnaciones u objeciones internas, antes de que las nóminas lleguen oficializadas por los órganos partidarios a las juntas electorales oficiales. Habrá ganadores, perdedores, excluidos. Habrá heridos. Y todavía no se habrá iniciado formalmente la campaña.

La campaña, propiamente dicha, comenzará el 13 de agosto y se extenderá hasta el 10 de septiembre a las 8:00, cuando la veda electoral le ponga término al proselitismo 48 horas antes de la votación. Las urnas estarán disponibles el domingo 12 de septiembre desde las 8:00 y hasta las 18:00.

Las PASO son el mecanismo por el cual cada espacio puede dirimir internamente sus candidaturas. Por eso todos los postulantes son, en realidad, precandidatos y no candidatos en las primarias. Se despojarán del prefijo y serán cabalmente candidatos una vez que sorteen las PASO: ya sea sumando más votos que sus contendientes internos o bien –en los casos de listas únicas– superando el piso de 1,5% de adhesiones que exige la Ley Electoral.

Lo cierto es que en todos los espacios una primera consigna de estas horas es la de evitar la interna. Para ello hay que consensuar: es decir, ceder en algún punto. No siempre sucede.

Frente de (casi) Todos

Para tener idea de lo complejo que podrá resultar la definición de listas en San Nicolás, basta con asomarse a los escenarios planteados en los dos grupos políticos predominantes.

En el Frente de Todos de San Nicolás conviven, por ejemplo: La Cámpora, el Frente Renovador, EL Movimiento Evita, el Partido Justicialista y otras agrupaciones de extracción peronista. Incluso hay algunas que no llegaron siquiera a integrar esa convivencia en 2019.

Para comenzar a poner nombres: conviven Cecilia Comerio, Lisandro Bonelli, Rubén Andino, Gabriel Legarreta y Paola Enrico, y, también, dirigentes gremiales de peso. Y entre los que no llegaron a convivir en 2019: Gabriel Maurino, Pablo del Litto, Gustavo Díaz Bancalari, Juan Manuel Martínez (y otros “bancalaristas” que acompañaban al fallecido Daniel “Cachi” Castaño). El ahora nuevamente descamisado luego de su paso por el Pro Adolfo Suárez Erdaire tampoco llegó a ser candidato ni tener peso en la conformación de la lista del Frente de Todos en 2019, aunque terminó apoyando públicamente la candidatura a Intendente de Comerio.

¿Podrán encontrar una propuesta única? Difícil. Sobre todo después del enojo de algunos que dos años atrás denunciaron una “proscripción”: habían presentado nóminas para competir en interna pero no pudieron pasar el filtro de la junta partidaria. ¿Volverá a ser un Frente de Casi Todos?

E incluso desde sectores que sí tuvieron participación en 2019, cuentan ahora –off the record, claro está– que esperan que La Cámpora no tenga el poder absoluto de empuñar la lapicera y apuntar nombres a su antojo. Caso contrario, amenazan con dirimir en una interna.

El que no necesitó ningún off the record en estos días fue Mario Almirón. El dirigente de la Uocra y candidato a senador provincial en 2019 por el Frente de Todos no se anduvo con eufemismos: “Cecilia Comerio se portó muy mal con Uocra y le soltó la mano”, se quejó el constructor.

¿Juntos? por el Cambio

Mientras tanto, ¿el oficialismo local está exento de la necesidad de consensuar o, en caso contrario, ir a una interna? La respuesta es no. Es cierto que se trata de un grupo político con una conducción mucho más clara y definida que la de la oposición y que desde 2013 viene llegando a cada PASO sin necesidad de ir a una interna.

Pero así como el Frente de Todos conjuga a varios espacios, lo mismo ocurre con Juntos por el Cambio. Y en ese sentido también hay segmentos interesados con la posibilidad de participar, tanto dentro del Pro, como de la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica (habrá que ver si todos los espacios terminan dentro de la alianza que sería relanzada con nuevo nombre) y del peronismo disidente.

En las elecciones de este año, los cargos locales en juego corresponden a la renovación de la mitad del Concejo Deliberante: se reparten diez bancas. ARCHIVO / EL NORTE

Aquí también hay nombres. Por ejemplo, el del radical Julio Pasqualin, ahora presidente del bloque de concejales del bloque passaglista, luego de la renuncia a ese cargo de Danilo Petroni (otro de los nombres a tener en cuenta). En cuanto al Pro, sobran los nombres en su reciente Mesa de Conducción distrital: el del ex radical Carlos Fernández, el del ex consejero escolar Rubén Cavaleri, el del ex candidato a legislador Haroldo Zuelgaray, el del ex concejal ‘lilito’ Sebastián Mazzolini. Y en la Coalición Cívica – ARI, la diputada provincial Elisa Carca. Tampoco conviene olvidar al ex concejal passaglista Carlos Deniau, armador local de Alternativa Republicana Federal, la expresión del peronismo disidente de Miguel Ángel Pichetto (nada más ni nada menos que el candidato a Vice de Mauricio Macri).

Algunos parecen tener más afinidad con Passaglia; otros no tanta. ¿Podrá haber consenso y lista única o después de tres elecciones el oficialismo nicoleño tendrá que someterse a una interna? O bien, ¿podrá suceder como en 2015 que hubo lista única y también reclamo de Carca cuando no lograban llegar a una interna con candidato propio? 

Es claro, los mismos interrogantes valen también para el resto de los espacios que se perfilan con la intención de participar de las venideras elecciones: la izquierda en el FIT, el Partido Socialista, los espacios liberales que ya tuvieron listas en 2019 acompañando las candidaturas nacionales de José Luis Espert y Juan José Gómez Centurión. Entre otros.

Hay mucho camino por andar. Y poco tiempo.          

¿Qué votamos los nicoleños?

En la Nación y en la provincia de Buenos Aires (y, por lo tanto, también en el municipio de San Nicolás), las elecciones de este año servirán para designar únicamente cargos legislativos. En lo que tiene que ver con los cargos nacionales, los bonaerenses estamos llamados a designar a un total de 35 diputados en representación de la provincia. Del mismo modo, de los 69 escaños de la Legislatura bonaerense que estarán en juego, a los nicoleños tocará la decisión correspondiente a solo 11 bancas de la Cámara Baja. Se trata de escaños provinciales en representación de la Segunda Sección Electoral que San Nicolás integra junto con otros catorce distritos del norte bonaerense. Es decir que la decisión sobre esas 11 representaciones no solo recaerá sobre los electores de San Nicolás, sino también sobre los de Ramallo, Baradero, San Pedro, Pergamino, Exaltación de la Cruz, Rojas, Carmen de Areco, San Antonio de Areco, Zárate, Colón, Salto, Arrecifes, Capitán Sarmiento y San Andrés de Giles. Por último, en el orden local la decisión exclusiva de los electores nicoleños tendrá que ver con la renovación de la mitad de nuestro Concejo Deliberante: es decir, habrá 10 bancas en juego. Y también cuatro representaciones en el Consejo Escolar.