El Presidente aseguró que envió bomberos, brigadistas, aviones y helicópteros para combatir el fuego. La versión contrasta con las quejas del gobernador Gustavo Valdés
El presidente Alberto Fernández contestó este lunes las críticas por la inacción del gobierno frente al avance del fuego en la provincia de Corrientes.
“Muchos están preocupados por ver lo que hicimos en Corrientes. Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance todo el fin de semana. Y antes también. Y Corrientes llama la atención de toda la Argentina, obviamente, acaba de vivir una tragedia. Lo que es verdad es que no escribimos Twitter por eso, no hacemos publicidad con eso”, introdujo durante un acto en Santa Clara del Mar donde se inauguró un polideportivo.
Y continuó: “No hacemos publicidad con eso. Pero hemos mandado a todos nuestros bomberos, hemos mandado a todos nuestros hidrantes, helicópteros para intentar apagar eso, a todos nuestros brigadistas”.
Los incendios de Corrientes arrasaron con casi el 10% de la provincia, fueron catalogados como “catástrofe” y las pérdidas se estiman en más de 20 mil millones de pesos. A esto, se suma el terrible daño ecológico y ambiental causado en el Litoral y las consecuencias que sufre la fauna local.
Los dichos del Presidente contrastan las declaraciones del gobernador local, Gustavo Valdés, quien asegura que el Poder Ejecutivo desoyó advertencias tempranas sobre las consecuencias que podía generar la sequía en la región. También dice que demoró mucho la asistencia para combatir el fuego hasta tal punto que se rompió la relación con el ministro de Ambiente, Juan Cabandié.
Alberto Fernández aprovechó también la ocasión para asegurar que el principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional no prevé una reforma del sistema previsional argentino. Es más, prometió que va a trabajar para incrementar los haberes.
Tanto él como su ministro de Economía, Martín Guzmán, prometieron que no habrá recortes para los jubilados, pero sí revisarán regímenes especiales de diplomáticos y jueces, una vieja intención de la administración del Frente de Todos que había naufragado junto a la reforma judicial.