El Sr. Juez del Tribunal en lo Criminal Nro. 1, Dr. Cristian Eduardo Ramos, resolvió condenar a Damián Andrés Suárez, como coautor penalmente responsable del delito de robo, y a Nicolás Pedro Ángel Alcaráz, como autor penalmente responsable del delito de cohecho, a la pena de dos años de prisión de efectivo cumplimiento. Robaron y faenaron un caballo de un campo e intentaron coimear a la policía al ser detenidos.
De la redacción de El Norte
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El Sr. Juez del Tribunal en lo Criminal Nro. 1, Dr. Cristian Eduardo Ramos, resolvió condenar a Damián Andrés Suárez, como coautor penalmente responsable del delito de robo, en los términos del artículo 164 del Código Penal, a la pena de dos años de prisión de ejecución condicional (art. 26 del C.P.), y a Nicolás Pedro Ángel Alcaráz, como autor penalmente responsable del delito de cohecho, en los términos del artículo 258 en relación al 256 del Código Penal, a la pena de dos años de prisión de efectivo cumplimiento.
El 6 de octubre de 2014, aproximadamente a las 3:00, Damián Andrés Suárez junto a otra persona, previo cortar los alambres del predio ubicado en avenida Illia y calle Zaracondegui de San Nicolás, se apoderaron ilegítimamente de un caballo de pelaje alazán, faenándolo dentro del mencionado predio.
Aproximadamente a las 3:40, Pedro Nicolás Alcaraz, quien se hallaba aprehendido en la sede de la Comisaría Tercera de San Nicolás, ofreció dinero al Oficial Sub Inspector, para que el mismo dejara de hacer algo relativo a sus funciones y lo dejara en libertad, manifestándole si podían arreglar de alguna manera, ya que él tenía mucho dinero y se lo traería si lo dejaba ir porque se encontraba bajo arresto domiciliario.
Bandidos rurales
En el acta de procedimiento policial consta que en circunstancias en que se hallaban recorriendo la jurisdicción en prevención de ilícitos y/o faltas en general, en momentos en que circulaban por avenida Illia, en sentido sur-norte, llegando a su intersección con calle Zaracondegui, observaron una motocicleta con dos hombres, la cual sale del Barrio Parque Sarmiento por calle Zaracondegui en sentido este-oeste, y estos llevaban bolsas negras en forma de bultos, es en ese momento en que colocaron las balizas del móvil policial y el conductor de la motocicleta aceleró la marcha, dándose a la fuga, comenzando así una persecución, por calle Zaracondegui continuando hasta calle Otero, doblando por esta última en dirección norte-sur, hasta calle Chiclana, retomando esta última hasta llegar a calle Perazzo, lugar este donde ingresaron por un portón de color negro, ubicado en la parte trasera, más precisamente por calle Perazzo dejándose constancia que el domicilio en cuestión, tiene su numeración catastral por calle Chiclana, dejando tirada la moto en la que se movilizaban, por lo que se pide apoyo y rápidamente se desciende del móvil policial sin perder de vista a los dos, arribando junto con otro móvil, por lo que ingresaron detrás de estos prófugos quienes ingresaron dentro de la vivienda, arrojando los bultos antes mencionados en una habitación la que se encuentra en construcción.
En ese momento uno de ellos trata de cerrar la puerta de ingreso para impedir el paso de los agentes, mientras que el restante sube a la planta alta de la vivienda, por lo que al verse superados en número, uno de ellos depone su actitud y se logra así su aprehensión, mientras que el segundo ingresó a un dormitorio y al verse sin salida decide entregarse. En virtud de haber corroborado que los bultos antes mencionados correspondían a partes faenadas de un equino, se procedió a realizar una requisa de urgencia en el domicilio, en búsqueda de más elementos relacionados con el hecho, encontrándose a un tercero, el cual se encontraba escondido dentro de un armario, por lo que al presumir que podía ser cómplice de los dos restantes, se procedió a su aprehensión.
¿Podemos arreglar?
En las circunstancias en que se procedió a la aprehensión del encartado Alcaráz, se adunan los testimonios de los efectivos policiales. Uno de ellos se encontraba desempeñándose como oficial de servicio de la Comisaría Tercera de San Nicolás, junto al oficial sub ayudante, cuando el aprehendido Nicolás Alcaraz le solicitó hablar en privado y accedió a dicho pedido, porque pensaba que podía llegar a tener problema con algún compañero de celda. Sacó al nombrado del calabozo esposado, y lo llevó a la oficina del oficial de guardia. En la misma se encontraba el oficial de servicio.
Alcaraz, en voz baja le refirió: “¿Podemos arreglar esto de alguna manera? Porque yo tengo mucha plata. Si me dejás ir yo te la traigo, porque tengo arresto domiciliario”. A lo que el oficial, molesto por lo que le estaba proponiendo Alcaraz, le contestó: “Vos me estás hablando en serio? Yo con vos no hablo más”. Y lo volvió a llevar al calabozo.