La ciudad de Villa Ramallo celebra un nuevo aniversario: 136 años desde aquel 1° de febrero de 1886 en el que arribara por primera vez el tren a esta incipiente población. El acontecimiento se dio cita a las cinco y media de la tarde, y a este acudieron autoridades locales y vecinos con gran entusiasmo.
Por Valeria Cejas
El paso del ferrocarril y su extensión por el territorio argentino constituye uno de los principales aspectos que caracteriza las políticas implementadas por la renombrada “Generación del 80”. El país se abría a un modelo económico agroexportador, y este nuevo medio de transporte agilizaría la extracción de materias primas para su exportación. En este contexto, el joven Partido de Ramallo reafirmaba su importancia.
Recordemos que si bien el origen fundacional de Ramallo data de 1864, la ciudad cabecera tuvo lugar recién en 1873, pero, ¿qué paso en estos años? ¿Cómo surge la localidad de Villa Ramallo? Bien… Ramallo necesitaba una estación de Ferrocarril, y se extendía por entonces la línea Buenos Aires-Rosario. Inherente a la detallista planificación que se tuvo al trazar la ciudad de Ramallo (para nosotros “el Pueblo”), se intentó que las vías pasaran más próximas a esta localidad, pero las condiciones de terreno, sobre todo la composición del suelo y los cruces de cursos de agua, convencieron a la empresa inglesa y a los funcionarios locales de continuar la dirección que venía desde Campana, siguiendo la línea distante a unos 8 km paralela al río. Para concluir esta obra, se adquirieron las tierras pertinentes en El Paraíso, y lo que posteriormente sería Estación Sánchez.
En el caso particular de Villa Ramallo, los terrenos donde hoy se emplaza la estación pertenecían a Diego de Alvear y Juan Clark. Para que se imaginen… no había una población conglomerada en el lugar, sino que ésta surgiría a partir del paso del ferrocarril y el funcionamiento de la estación. El movimiento de pasajeros convertiría al lugar en uno de los principales atractivos y motivos de esparcimiento. Así como el día de la inauguración se reunieron autoridades y vecinos de la zona, el paso del tren se convertiría en la salida o el paseo por excelencia. Así lo cuenta Héctor Sánchez: El tren inaugural, cubierto de banderas argentinas y en su frente el Escudo Nacional, pasó el lunes 1 de febrero de 1886, deteniéndose en la flamante estación de Ramallo a las 17:30, donde estaban las autoridades municipales encabezadas por el presidente de la Corporación Municipal don Santiago Oliva, el juez de Paz Sr. Ramón A. Baró y el suplente José María Aguilar, los titulares municipales señores Emilio Obligado, José María Quiroga, Juan José Ledesma, Modesto Olmos y los suplentes Luis Rocha y Cecilio Cardozo. También se encontraba allí el padre Canavery llegando a la estación muchos destacados vecinos del pueblo y de los distintos cuarteles del distrito. Tantos vecinos habíanse acercado, que resultaba chica la pequeña plataforma de entonces, que ocupaba solamente el largo del edificio de la estación.
A partir de entonces, en la zona próxima a la estación y por el movimiento constante que ella implicaba, comenzarán a formarse el primer conjunto de viviendas y empezarán a abrir sus puertas los primeros comercios: un molino harinero, almacenes de ramos generales, luego se instalará la Escuela Nº 6, que hasta entonces funcionaba en el paraje “La Estrella”. El tren trajo progreso, trajo gente; en principio inmigrantes extranjeros, pero luego, entrado el siglo XX, llegaron vecinos de otras provincias, para seguir forjando el crecimiento paulatino (y tal vez –en lo urbanístico– un poco desordenado) de esta localidad.
La estación fue y es escenario histórico y símbolo principal de la ciudad. Cada familia, hoy, tendrá alguna anécdota que contar sobre ella: la llegada de los abuelos, el acceso a este revolucionario medio de trasporte, el trabajo ligado a la misma, o por qué no alguna historia de amor… Otros, un poco más contemporáneos, tendremos resonando en la memoria los chistes de Rolo Mete.
Villa Ramallo creció y crece por el empuje de sus habitantes, quienes no tardaron en formar las instituciones que le dieron vida y desarrollo, no solo económico, sino también sociocultural. A las mencionadas anteriormente se sumarán: la Sociedad Italiana, el Club Los Andes, la sucursal del Banco Nación, etc. Con el correr de las primeras décadas del siglo XX, la actual avenida San Martín, en ese entonces calle Cattáneo, se verá cubierta de nuevos comercios. Asimismo calle Bonfiglio, es decir, de un lado y otro de la vía… porque, al fin y al cabo, si esta ciudad es hoy lo que es, se debe al trabajo de todos, no existe ningún “atrás” que nos separe, solo unos rieles que no hacen más que constituirse en un símbolo de historia y unión.
¡Feliz Aniversario, Villa Ramallo! Sigamos haciendo grande esta ciudad de buenos vecinos. Saliendo a dar la vuelta al centro, disfrutando de las propuestas culturales y comerciales, trabajando para fortalecer las instituciones, pero sobre todo, poniendo énfasis en valorar lo nuestro y cuidarlo. Sigamos transmitiendo a las futuras generaciones los valores y virtudes que nos arraiguen a esta tierra como nuestro lugar en el mundo.