Familia y compañeros del trabajador de prensa luchan por mantener viva su memoria y deploran que todos los acusados por el crimen se encuentren en libertad.
De la redacción de EL NORTE
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El fotógrafo José Luis Cabezas era asesinado hace 25 años (el 25 de enero de 1997) en la localidad bonaerense de Pinamar. Fue en un hecho perpetrado por una banda vinculada al empresario postal Alfredo Yabrán y que conmocionó a la opinión pública de una Argentina que, en el ocaso de los ´90, comenzaba a hacer vaivén en la disputa política entre Carlos Menem y Eduardo Duhalde.
En la actualidad, familia y compañeros del trabajador de prensa que se desempeñaba en la revista Noticias (Editorial Perfil) luchan por mantener viva su memoria y deploran que todos los acusados por el crimen se encuentren en libertad.
Un año antes de su asesinato, Cabezas había logrado fotografiar al enigmático empresario propietario de la empresa OCA, durante la cobertura de verano que realizaba junto al periodista Gabriel Michi para Noticias.
“Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente. Ni los servicios de inteligencia tienen una foto mía”, era la frase que por entonces se le atribuía al dueño del emporio postal.
A 25 años del crimen, Michi no duda sobre el efecto que causó aquella captura de Cabezas.
Tiempos políticos
El homicidio de José Luis fue cometido en tiempos en que Duhalde, en representación del Partido Justicialista, buscaba suceder a Menem, quien ejercía su segundo mandato como presidente y buscaba un tercero.
La disputa entre el presidente y el gobernador, quien dijo que con el asesinato de Cabezas le habían “tirado un muerto” para trabar su postulación a la presidencia, se profundizó con el avance de la investigación por el asesinato.
En 1996, el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, había denunciado que Yabrán “lideraba una mafia enquistada en el poder”, en una prolongada exposición ante la Cámara de Diputados.
En tanto, Duhalde consideraba que Yabrán era “sospechoso” del crimen de Cabezas, Menem sostenía en cambio que se trataba de “sólo un empresario más”.
La emblemática foto de Yabrán caminando en la playa fue publicada en la tapa de la revista Noticias en marzo de 1996. La investigación judicial posterior determinó que el empresario tomó la revelación de su imagen como una afrenta que no estaba dispuesto a perdonar.
Amenazas
Después de la publicación, José Luis y su pareja, Cristina Robledo, comenzaron a recibir amenazas telefónicas. Un año después, un funcionario cercano a la gestión del entonces intendente de Pinamar, Blas Altieri, le confió a Cabezas que “gente de Yabrán” había indagado sobre la dirección donde se alojaría durante la cobertura de la temporada.
Un mes antes del crimen, el policía de la bonaerense Gustavo Prellezo, condenado como uno de los autores materiales del hecho, se reunió con Yabrán en Buenos Aires.
En esa reunión, ´Don Alfredo´ le confió que quería “pasar un verano tranquilo sin fotógrafos ni periodistas”, según lo que el oficial declaró luego ante la Justicia.
En ese marco, el 24 de enero de 1997 José Luis Cabezas acudió a una fiesta que ofreció en su casa de Pinamar el empresario Oscar Andreani, donde llegaron en un Ford Fiesta de color blanco.
A las 5 de la madrugada el fotógrafo se retiró en el vehículo en el que se desplazaba.
A la mañana siguiente, el cuerpo de Cabezas apareció adentro del Ford Fiesta quemado con alcohol metílico, en una cava de las afueras de Pinamar. El cadáver tenía sus manos esposadas y dos proyectiles de un arma calibre 32 alojados en la cavidad craneana.
El asesinato del fotógrafo develó vínculos entre el gobierno, políticos y empresarios, y cinco meses después del crimen debió renunciar el entonces ministro de Justicia, Elías Hassan. El funcionario había mantenido más de cien contactos telefónicos con Yabrán, a quien le había otorgado el reparto de la correspondencia de la cartera a su cargo.
Condenas
Tras varios meses de instrucción, el juez federal de Dolores, José Luis Macchi, procesó y dictó prisión preventiva en mayo de 1989 para Yabrán como instigador del crimen.
Tras permanecer algunos días en condición de prófugo, el empresario postal se suicidó en un campo de su propiedad ubicado en Entre Ríos, donde cuando permanecía oculto.
Prellezo, quien estaba al servicio de Yabrán, y un grupo de delincuentes conocidos como “Los Horneros”, fue quien encabezó la autoría material del crimen.
El expolicía bonaerense fue condenado a reclusión perpetua en febrero de 2002, pero sólo pasó tras las rejas 13 años pese a que la sentencia fue ratificada en las máximas instancias judiciales de la provincia y del país.
Actualmente, permanece en libertad condicional desde diciembre de 2017 y desde 2010 en su vivienda bajo el régimen de prisión domiciliaria. Se recibió en la cárcel de abogado y escribano e intentó obtener una matrícula, pero ante una denuncia presentada por la familia Cabezas, el Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados la Capital Federal resolvió excluirlo en noviembre de 2020.