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LAGOMARSINO: ¿QUIÉN PUEDE SER TAN ESTÚPIDO DE CAGARSE LA VIDA DE ESA MANERA?

El perito informático imputado en la causa que investiga la muerte de Alberto Nisman se pronuncio contra la hipótesis de que su arma fue entregada a un grupo comando encargado de asesinar al fiscal de la Causa AMIA. “Yo le di el arma a Nisman. La Justicia busca demostrar que se la di a otras personas; ¿a quién o quiénes? No lo saben”, señaló Lagomarsino en Radio U, al tiempo que enfatizó que “no hay ninguna prueba que acredite la comisión de un homicidio”.

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De la redacción de EL NORTE
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Se cumplieron este martes 7 años desde la mañana del 18 de enero de 2015 en que fue encontrado sin vida, en el baño de su departamento en las Torres Le Parc, el cuerpo de Alberto Nisman, fiscal a cargo de la UFI-AMIA. La causa que busca esclarecer la muerte que llenó de conmoción al país, tiene a cinco procesados. El principal es Diego Lagomarsino, el técnico informático que fue acusado de haber sido partícipe necesario en el crimen porque su arma se usó para dar muerte a Nisman.

“La Justicia cree que yo, a sabiendas de que iban a matar a Nisman, le di un arma a un grupo; es más, un arma registrada a mi nombre. Es descabellado: ¿en cuánto tiempo termino preso si doy un arma registrada a mi nombre a un comando encargado de matar a un fiscal? No pueden pasar más de diez minutos hasta que me agarran. ¿Quién puede ser tan estúpido de cagarse la vida de esa manera? Nadie”, reflexionó Lagomarsino en el programa «Pila y Media» que emite Radio U de San Nicolás.



“Yo le di el arma a Alberto Nisman”, aseveró categóricamente el perito informático que integraba el equipo de investigación que encabezaba Nisman. Y agregó: “La Justicia busca demostrar que se la di a otras personas; ¿a quién o quiénes? No lo saben. Tampoco saben cómo me habrían contactado para la ejecución de ese supuesto plan. ¿Quién lo mato? No lo saben. ¿Cómo entraron y cómo salieron? No lo saben. ¿Quién dio la orden? No lo saben”.

“Absolutamente falso”

El principal acusado cuestionó las imprecisiones que siguen instaladas en la opinión pública, aun cuando buscan sostener hipótesis o interpretaciones ya descartadas por la Cámara Federal porteña que lleva adelante la causa. “Yo leo, escucho o me comentan cosas que en el expediente no están. Por ejemplo, se dijo que alguien lavó las canillas del baño. Eso es absolutamente falso; hay una inspección que analizó ese supuesto, y la pericia arrojó resultado negativo. Hay un acta dentro del expediente que dice que ese test de sangre dio negativo. Y mientras tanto, hay gente que hasta llegó a escribir un libro diciendo que lavaron las manchas de sangre”, indicó Lagomarsino, al tiempo que lamentó que “siguen repitiendo el concepto de magnicidio en esta causa, cuando ya en 2015 la Cámara descartó esa figura”.

Pide un careo



Acerca del avance de la causa al cabo de estos siete extensos años, el acusado de haber sido partícipe necesario en el episodio (también están imputados los cuatro custodios de Nisman: Rubén Benítez, Néstor Durán, Luis Miño y Armando Niz), observó: “Faltan pruebas, faltan un montón de cosas. Por ejemplo, está faltando algo muy básico: un careo, una pericia o como quieran llamarle, entre el cuerpo médico forense de la Policía Federal, cuyos peritos llegaron a la conclusión de que en ese baño no estuvo nadie más que Alberto Nisman, contra Gendarmería, que dijo que allí habían estado Alberto Nisman junto con otras dos personas. También falta llamar a declarar a peritos que la Gendarmería pone como referentes, quienes dicen que la Gendarmería se equivocó. Faltan un montón de cosas. Pero pasaron siete años ya”.

“¿Hasta cuándo?”

Según Lagomarsino la dilación de siete años se explica por la circunstancia de que “no hay ninguna prueba que acredite la comisión de un homicidio”. “No hay pruebas de homicidio, el tema es hasta cuándo van a seguir buscándolas: ¿hasta el fin de los tiempos? Lo que hay, materialmente, es: un cuerpo que no presenta signos de violencia ni de defensa, y manchas hemáticas que determinan que no pudo haber otra persona más que Alberto Nisman en ese baño. Después viene la pericia de Gendarmería que dice algo diferente absolutamente. Bien, lo que hay que hacer entonces en juntar a los que dicen una y otra cosa, para que tengan un careo”, insistió el acusado.



Sin confiar en que el nuevo aniversario del episodio, instalando el tema nuevamente en agenda y trasladando, de algún modo, algo de presión hacia la Justicia, pueda vigorizar y acelerar los tiempos de la investigación, Lagomarsino midió: “Les sirve a todos no encontrar la verdad: le sirve a los medios porque venden y le sirve a la Justicia para seguir dilatando la definición que se espera de ella. Pero, ¿hasta cuándo?”.

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