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miércoles, enero 15, 2025
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Dermatitis atópica en verano: cómo reconocerla, tratarla y prevenirla

Las altas temperaturas, el sudor y la exposición al sol pueden agravar los síntomas de la dermatitis atópica, una afección crónica de la piel que afecta a millones de personas.

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La dermatitis atópica, una afección inflamatoria crónica de la piel, puede complicarse durante el verano debido a factores como el calor, la sudoración y la exposición al sol. Este trastorno, que afecta tanto a niños como a adultos, se caracteriza por brotes de irritación que pueden interferir con la calidad de vida. A continuación, abordamos los principales síntomas, formas de tratamiento y medidas para prevenir los brotes durante esta estación.

Síntomas comunes

La dermatitis atópica se manifiesta con los siguientes signos:

  • Piel seca y escamosa: La falta de hidratación en la piel aumenta durante el verano por la exposición al sol.
  • Enrojecimiento: Áreas de la piel, especialmente en los pliegues (codos, rodillas, cuello), se tornan rojizas e inflamadas.
  • Picazón intensa: Un síntoma característico que puede agravarse con el sudor.
  • Pequeñas ampollas o lesiones: En casos más severos, pueden aparecer áreas con secreción o costras.

Cómo tratar la dermatitis atópica en verano

  1. Hidratación constante: Aplicar cremas emolientes después de cada baño es clave para mantener la piel protegida.
  2. Baños cortos y con agua tibia: El agua caliente puede agravar la irritación; se recomienda usar jabones suaves y sin fragancia.
  3. Uso de medicamentos tópicos: Los corticosteroides o cremas con inhibidores de la calcineurina son opciones prescritas por dermatólogos para reducir la inflamación.
  4. Control de la picazón: Antihistamínicos orales pueden ser recomendados para aliviar el prurito.
  5. Ropa cómoda y ligera: Las prendas de algodón y colores claros evitan la fricción y la acumulación de sudor.

Prevención de brotes en verano

  • Protegerse del sol: Usar protector solar hipoalergénico y evitar la exposición directa durante las horas pico.
  • Evitar la sudoración excesiva: Mantenerse en ambientes frescos y ventilarse con frecuencia ayuda a reducir la irritación por el sudor.
  • Dieta equilibrada: Una alimentación rica en ácidos grasos omega-3 y vitaminas favorece la salud de la piel.
  • Evitar alérgenos comunes: Perfumes, productos químicos o alimentos que puedan desencadenar reacciones deben ser eliminados o reducidos.
  • Higiene adecuada: Secar bien las zonas húmedas después del baño y cambiar la ropa sudada rápidamente para prevenir infecciones secundarias.

Cuándo consultar a un médico

Si los síntomas empeoran o interfieren significativamente con las actividades diarias, es esencial acudir a un dermatólogo. El especialista podrá ajustar el tratamiento y prevenir complicaciones como infecciones.