Las altas temperaturas, el sudor y la exposición al sol pueden agravar los síntomas de la dermatitis atópica, una afección crónica de la piel que afecta a millones de personas.
La dermatitis atópica, una afección inflamatoria crónica de la piel, puede complicarse durante el verano debido a factores como el calor, la sudoración y la exposición al sol. Este trastorno, que afecta tanto a niños como a adultos, se caracteriza por brotes de irritación que pueden interferir con la calidad de vida. A continuación, abordamos los principales síntomas, formas de tratamiento y medidas para prevenir los brotes durante esta estación.
Síntomas comunes
La dermatitis atópica se manifiesta con los siguientes signos:
- Piel seca y escamosa: La falta de hidratación en la piel aumenta durante el verano por la exposición al sol.
- Enrojecimiento: Áreas de la piel, especialmente en los pliegues (codos, rodillas, cuello), se tornan rojizas e inflamadas.
- Picazón intensa: Un síntoma característico que puede agravarse con el sudor.
- Pequeñas ampollas o lesiones: En casos más severos, pueden aparecer áreas con secreción o costras.
Cómo tratar la dermatitis atópica en verano
- Hidratación constante: Aplicar cremas emolientes después de cada baño es clave para mantener la piel protegida.
- Baños cortos y con agua tibia: El agua caliente puede agravar la irritación; se recomienda usar jabones suaves y sin fragancia.
- Uso de medicamentos tópicos: Los corticosteroides o cremas con inhibidores de la calcineurina son opciones prescritas por dermatólogos para reducir la inflamación.
- Control de la picazón: Antihistamínicos orales pueden ser recomendados para aliviar el prurito.
- Ropa cómoda y ligera: Las prendas de algodón y colores claros evitan la fricción y la acumulación de sudor.
Prevención de brotes en verano
- Protegerse del sol: Usar protector solar hipoalergénico y evitar la exposición directa durante las horas pico.
- Evitar la sudoración excesiva: Mantenerse en ambientes frescos y ventilarse con frecuencia ayuda a reducir la irritación por el sudor.
- Dieta equilibrada: Una alimentación rica en ácidos grasos omega-3 y vitaminas favorece la salud de la piel.
- Evitar alérgenos comunes: Perfumes, productos químicos o alimentos que puedan desencadenar reacciones deben ser eliminados o reducidos.
- Higiene adecuada: Secar bien las zonas húmedas después del baño y cambiar la ropa sudada rápidamente para prevenir infecciones secundarias.
Cuándo consultar a un médico
Si los síntomas empeoran o interfieren significativamente con las actividades diarias, es esencial acudir a un dermatólogo. El especialista podrá ajustar el tratamiento y prevenir complicaciones como infecciones.