Tras 22 años el juez Maqueda se jubila este domingo al cumplir los 75 años. En el Palacio de Justicia realizaron una despedida emotiva junto a su familia y alrededor de 500 personas.
El juez Juan Carlos Maqueda cerró su etapa como integrante de la Corte Suprema de Justicia en una jornada cargada de emociones y reconocimientos. A días de cumplir 75 años, la edad límite para ser juez, y comenzar automáticamente su jubilación, el magistrado cordobés fue despedido el día de ayer, 27 de diciembre, por unas 500 personas que se congregaron en las escalinatas del Palacio de Justicia. Salió por la “puerta grande”, la entrada que da a la calle Talcahuano donde lo aguardaban periodistas, fotógrafos y camarógrafos. Entre los presentes se encontraban empleados judiciales, familiares y compañeros del ámbito judicial, quienes aplaudieron su paso por el tribunal durante 22 años. La banda de la Policía Federal puso un tono festivo al acto al interpretar, entre otras piezas, el cuarteto “¿Quién se ha tomado todo el vino?”, de Carlos “Mona” Jiménez, un ícono de su provincia natal.
En un gesto conmovedor, Maqueda saludó a cada persona que se acercó a despedirlo, desde la directora de ceremonial hasta el personal de seguridad y el lustrabotas del edificio. Su salida estuvo cargada de simbolismo: acompañado por su esposa, su hija y una de sus nietas, descendió lentamente las escalinatas de mármol mientras sonaba la “Marcha de San Lorenzo”. Empleados y familiares lucieron pines con la inscripción “Yo trabajé con Maqueda”, como muestra de cariño. Finalmente, abordó una camioneta negra que lo condujo fuera del Palacio de Tribunales, dejando tras de sí un ambiente de emoción, música y aplausos interminables.
El homenaje de despedida
El jueves pasado se había realizado un homenaje de despedida para el juez, allí Maqueda criticó a Milei, al asegurar que el país no puede quedar a “la deriva de hombres que se creen proféticos” y “ponen en riesgo la convivencia democrática”. Sin embargo, allegados al mismo aseguran que se refería a Trump y no al presidente argentino.
Finalmente este viernes fue el último día del cordobés en el Palacio de Justicia, cumpliendo la profecía de Rosatti la semana pasada, quien había dicho que se “iba por la puerta grande, como pocos”.
Un juez con historia
La carrera de Juan Carlos Maqueda comenzó en 1974 como asistente en el poder judicial de Córdoba, y desde entonces ocupó diversos roles en los tres poderes del Estado. Fue legislador municipal, provincial y nacional, además de convencional constituyente en todos esos niveles. También desempeñó el cargo de ministro de Educación durante el gobierno del cordobés José Manuel de la Sota y tuvo un papel destacado en la reforma constitucional de 1994, como miembro de la comisión de juristas que asesoró el pacto de Olivos entre Raúl Alfonsín y Carlos Menem.
En 2002, Maqueda fue nombrado juez de la Corte Suprema por Eduardo Duhalde, en un contexto político marcado por la crisis institucional tras la caída de Fernando de la Rúa. Desde entonces, se consolidó como una figura clave en el máximo tribunal, ganándose el respeto por su postura institucionalista. Su paso por la Corte no estuvo exento de desafíos. En 2023, enfrentó un juicio político impulsado por sectores kirchneristas que no prosperó, aunque dejó en evidencia la tensión política alrededor de su figura.
Casos históricos y legado judicial
Durante su paso por la Corte Suprema, Maqueda participó en fallos que marcaron un antes y un después en la jurisprudencia argentina. Entre ellos, se destacan las decisiones que habilitaron los juicios orales en las causas Pacto con Irán y Hotesur-Los Sauces, vinculadas a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. También tuvo un rol fundamental en el caso Levinas, donde se definió que el Superior Tribunal de Justicia de la Ciudad de Buenos Aires sería la última instancia de revisión de los fallos de la justicia nacional.
El futuro de la Corte Suprema
Con la salida de Maqueda, la Corte Suprema inicia una etapa de transición. El tribunal continuará trabajando con solo tres miembros: su presidente, Horacio Rosatti; Carlos Rosenkrantz; y Ricardo Lorenzetti. La relación entre ellos ha sido marcada por tensiones internas, especialmente entre Lorenzetti y la mayoría conformada por Rosatti y Rosenkrantz. En los últimos años, estas disputas se reflejaron en críticas públicas y desavenencias en torno a la gestión del tribunal, lo que plantea un desafío adicional para el funcionamiento de la Corte.
Mientras tanto, el Senado tiene en espera la aprobación de los candidatos propuestos por el Gobierno para completar las vacantes: Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla. Ambos enfrentan resistencias políticas que dificultan su incorporación, dejando al tribunal en una situación de vulnerabilidad operativa. Esta etapa de incertidumbre llega en un contexto donde la Corte debe resolver casos clave para el país, lo que aumenta la presión por alcanzar un consenso en su composición.
La partida de Maqueda cierra un capítulo importante en su historia, pero también deja el desafío de renovar su estructura para seguir siendo un pilar fundamental de la democracia argentina.