En el Aniversario Mariano, con miles de fieles en el playón del Campito separados por burbujas de distanciamiento, el obispo Hugo Santiago pronunció el 25 de septiembre una homilía destacando el servicio de todas aquellas personas que asistieron y asisten a otras durante la pandemia. “¡Vivan los que, confiando en Dios, dieron la vida por el bien común durante esta pandemia!”, fue la exhortación final del mensaje del Obispo en la misa central.
De la redacción de EL NORTE
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Tras un aniversario número 37 que había pasado en 2020 sin la posibilidad de desarrollar actividades presenciales, en este 2021 el mejoramiento de la situación epidemiológica frente al Coronavirus permitió que la Fiesta Mariana de cada 25 de septiembre en San Nicolás recuperase al menos una parte de sus tradicionales multitudes. Y eso se vivió como una descarga, al cabo de angustias y gratitudes contenidas a lo largo de los más de dieciocho meses de emergencia sanitaria.
La pandemia subyació en cada gesto emocionado, en cada testimonio, en cada plegaria. Naturalmente, el tema que sacude a la humanidad toda desde marzo del año pasado, también ocupó un lugar central en la homilía que pronunció monseñor Hugo Santiago, Obispo de la Diócesis de San Nicolás.
“¡Viva la Virgen! ¡Viva San José! ¡Vivan los que, confiando en Dios, dieron la vida por el bien común durante esta pandemia!”, fue la exhortación final del mensaje de Santiago frente a los varios miles de fieles que participaron de la celebración de la misa central de la jornada mariana, desarrollada al aire libre, en el playón del ‘Campito’ contiguo al templo del Santuario: un espacio que en vísperas del evento había sido preparado espacialmente con vallas y demarcaciones circulares para asegurar el distanciamiento social.
El Obispo había destacado inmediatamente antes el ejemplo de “estos médicos y enfermeras que dieron la vida por los demás, como los empresarios, las cocineras, los sacerdotes, los docentes, los presos que, aún privados de libertad y pasándola mal, fueron capaces de dar calor a los que tenían frío”.
Y antes: “Dios nos invita a descubrir los signos de que construir el bien común es posible; el Ángel que nos envía nos dice: ‘Fijate en los médicos y médicas que en vez de quedarse en su casa ofrecieron sus vidas para sanar a los enfermos de Covid y a varios de ellos se les fue la vida. Ellos optaron por el bien de los demás hasta dar la vida. En ellos tenés un signo de que el bien común es posible’”.