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sábado, diciembre 14, 2024
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Forclaz, un molino con vientos inmigrantes

Este antiguo molino a viento está situado en las cercanías de la ciudad de Colón, provincia de Entre Ríos.

Nada fue fácil para los inmigrantes que llegaron a la provincia de Entre Ríos a mediados del siglo XIX en búsqueda de un futuro mejor, cuando estaba todo por hacer en esas tierras. Suizos, franceses e italianos arribaron en una campaña promovida por el entonces el presidente de la Confederación Argentina, Justo José de Urquiza y nutrieron de matices inimaginables a lo que son las localidades de Colón y San José, una región que hoy se erige como atractivo turístico ineludible.

En esa hermosa zona argentina, hoy una muy bien conservada construcción recuerda el legado de los inmigrantes. Se trata del Molino Forclaz, insoslayable atractivo turístico que representa a los primeros colonos y carga sobre su espalda una historia de esfuerzo con ribetes trágicos.

Levantado entre 1888 y 1890 por el suizo Juan Bautista Forclaz, uno de los inmigrantes establecidos en la zona, este quijotesco molino de viento le ocasionó su ruina ya que nunca funcionó como lo planificó, pero en la actualidad esta atracción convertida en Monumento Histórico Nacional recibe a cientos de turistas.

El molino, de paredes circulares de doce metros de altura con tres entrepisos en el interior, está hecho con piedra mora, la misma que la Basílica de Luján, y dejó de funcionar diez años después de su inauguración.

Su construcción costó lo equivalente a tres estancias y allí, como en los comentarios de la gente del pueblo, residió su enfermedad. A las dificultades económicas, se sumó la depresión. Y a los 44 años, Forclaz murió de tristeza sin haber cumplido su sueño. (DIB)