El perro es parte integrante de la familia y como tal, merece viajar cómodo y seguro.
Con la llegada de diciembre, muchas familias comienzan a planificar sus esperadas vacaciones de verano, buscando destinos turísticos y alojamiento para disfrutar del merecido descanso. Sin embargo, en medio de la organización, siempre surge una pregunta clave: ¿El perro viaja o se queda en la guardería?, ¿Qué hacer con él durante el viaje? Muchas personas los dejan al cuidado de familiares, amigos o cargo de personas que se dedican a cuidarlos, pero, si uno se decide por llevarlo en el auto, es fundamental garantizar su seguridad y bienestar en ruta como en el lugar donde se vacaciona, así como la de todos los ocupantes del vehículo.
Si tanto la persona como la mascota están acostumbradas y disfrutan de la compañía mutua durante los viajes prestar atención especial a cada cuidado es fundamental para pasar unos días distendidos y relajados. Por eso, el éxito del viaje comienza con la seguridad de las personas y la mascota y dejar que lo haga sin estar atado es una práctica que pone en riesgo a todos los ocupantes del vehículo.
Es común que muchos dueños piensen que es más cómodo dejar que el perro viaje libremente, moviéndose por el auto o asomándose por la ventana, pero, nada más alejado de la realidad que esa situación, más bien resulta peligrosa porque los perros no tienen la capacidad de entender que deben mantenerse tranquilos durante el trayecto, y un animal inquieto puede distraer al conductor.
Además, en caso de una frenada brusca o un choque, los perros que viajan sueltos se convierten en proyectiles. Al igual que las personas porque su cuerpo se desplaza hacia adelante con a gran velocidad, lo que puede causarles heridas graves o incluso la muerte. Peor aún, el perro podría golpear a los pasajeros del vehículo, provocando lesiones de diversa gravedad. Por eso, planificar vacaciones también implica tener en cuenta la responsabilidad de tener a un perro como mascota.
En este sentido, para asegurar la protección del perro durante el trayecto, existen varias opciones que permitirán viajar con tranquilidad asegurándose un éxodo placentero. Todo depende del tamaño y el carácter como la relación entre el perro y la familia, pero, el más común es atarlo a un arnés de seguridad, pero no es la única medida precautoria. Las dos más utilizadas son:
- Arnés de seguridad: es similar a un cinturón de seguridad. El arnés permite que el perro esté sujeto al asiento trasero del auto y es ideal para perros de tamaño mediano o pequeño porque les permite viajar de forma cómoda, controlada y segura, evitando que se muevan por el vehículo.
- Caja transportadora: es una de las opciones más seguras, especialmente para perros pequeños. Al estar contenida en la caja, la mascota estará sujeta, evitando movimientos lo que colabora en la reducción del riesgo de lesiones en caso de accidente. Además, se puede fijar la caja con el cinturón de seguridad o colocarla en el piso del auto para mayor estabilidad.
Frenar para ir al baño y estirarle también es un hábito que ayuda a relajar al perro en los viajes
Si el trayecto es largo, el perro también necesitará descansos para estirarse y relajarse. Los expertos recomiendan hacer una parada cada dos horas aproximadamente para que la mascota pueda hacer sus necesidades, tomar agua y descansar un poco antes de continuar el viaje. Durante estas paradas, también es importante ofrecerle algo de comida o un pequeño snack, especialmente si el viaje es extenso.
Asimismo, las paradas van a depender también de los siguientes factores:
- Edad y tamaño del perro: en el caso de los cachorros y los perros mayores suelen necesitar paradas más frecuentes, mientras que los perros pequeños, por ejemplo, pueden necesitar descansos adicionales más que los perros grandes.
- Temperatura y clima: dependiendo de la época del año como el verano que se aproxima donde los días son calurosos, es aún más importante hacer paradas frecuentes para evitar que el perro sufre las altas temperaturas y se sienta incómodo.
- Comportamiento del perro: algunos perros tienen mayor control sobre su vejiga y pueden esperar más tiempo, mientras que otros pueden necesitar parar más seguido para hacer sus necesidades.
Por todo lo expuesto, realizar paradas seguras también tranquilizan a los animales. Por eso, buscar lugares adecuados para frenar es lo recomendable y, hacerlo en áreas de descanso, estaciones de servicio o para sacar al perro del vehículo es fundamental. Otra recomendación es asegurarse de que el área esté alejada del tráfico y tenga espacio suficiente para que el perro se mueva sin peligro.
Además, siempre bajarlo con la correa puesta para evitar que, con los sonidos, otros perros o demás motivos intenten alejarse de los dueños.