El presidente Javier Milei participa este lunes y martes en la cumbre del G20 en Río de Janeiro, marcando su primera intervención en el foro internacional que reúne a las principales economías del mundo. Su llegada se produce en medio de tensiones por la postura argentina frente a temas como género y cambio climático, así como por las expectativas en torno a su reunión con Xi Jinping, presidente de China.
La declaración final de la cumbre enfrenta obstáculos, ya que Argentina ha manifestado su rechazo a algunos puntos clave impulsados por la presidencia brasileña. Según fuentes diplomáticas, el gobierno argentino podría optar por no firmar el documento o incluir aclaraciones específicas en los puntos de desacuerdo, especialmente en temas vinculados a la agenda de derechos humanos y ambientales.
La participación de Milei en el G20 llega tras una intensa semana en el plano internacional, que incluyó una reunión con Donald Trump y la visita del presidente francés, Emmanuel Macron, a Buenos Aires. Además, el mandatario argentino recibirá a la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el miércoles, reforzando su estrategia de posicionamiento en la escena global.
En un movimiento pragmático, Milei ha reorientado su política exterior hacia una postura más flexible, lo que se refleja en su disposición a dialogar con Xi Jinping. Este encuentro busca explorar nuevos acuerdos con China, un actor clave en el comercio global, pese a las críticas previas del mandatario argentino hacia el gigante asiático.
Tensiones con Lula
El presidente anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, busca protagonismo con una agenda centrada en conflictos globales, cambio climático y justicia social. Sin embargo, la delegación argentina se ha convertido en uno de los principales obstáculos para lograr consenso en la declaración final. Argentina exige una condena explícita a Rusia por la guerra en Ucrania, en contraste con la postura conciliadora de Lula, que prioriza el cese al fuego y las negociaciones de paz.
Milei, crítico de lo que llama la “agenda woke”, se opone a las propuestas brasileñas relacionadas con género y transición energética, alineándose con otros líderes conservadores para marcar distancia de las políticas multilaterales impulsadas por la ONU.
Un foro con grandes desafíos
La cumbre también será escenario de despedidas y transiciones. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, participará por última vez en el G20 antes de que Donald Trump, favorito para las próximas elecciones, asuma un rol protagónico en el foro. Por su parte, Rusia estará representada por el canciller Serguéi Lavrov, ya que Vladimir Putin enfrenta una orden de arresto internacional.
Con un entorno político polarizado y una agenda cargada de desafíos globales, la cumbre del G20 en Río promete ser un espacio clave para medir el impacto del nuevo liderazgo de Milei en la política internacional y su capacidad para posicionar a Argentina como un actor relevante en el escenario mundial.