El piloto, con 30 años de experiencia, aseguró tener todo en regla, aunque el prototipo no está completamente certificado. El caso fue derivado a la ANAC.
Un insólito episodio ocurrió en el canal costero de San Isidro cuando un hombre sobrevolaba la zona en un bote semirrígido adaptado con un ala delta y motor. Prefectura Naval Argentina (PNA) interceptó la embarcación y, tras determinar que el piloto no acreditaba titularidad ni autorización para conducirla, procedió a secuestrarla preventivamente.
Desde Prefectura explicaron que el vehículo, aunque certificado como “bote con aptitud para el vuelo”, no contaba con toda la documentación requerida. A pesar de esto, su propietario aseguró que lleva años volando sin problemas en esa zona.
“Estoy volando desde 1996, siempre tuve toda la documentación. Me permitían volar los días de semana, en San Isidro y a la vista. Yo no vuelo sobre las casas, ni los barcos, y no vuelo a mayor altura de 100 metros para no molestar a Aeroparque”, explicó el piloto. Según relató, en una ocasión le pidieron que no superara los 300 metros de altura.
Vehículo incautado
El vehículo fue puesto a disposición de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), mientras que su dueño sostiene que se trata de una actividad recreativa, siempre realizada bajo las normas correspondientes. Sin embargo, el casco del prototipo, que entra en contacto con el agua, aún no cuenta con matrícula certificada, según detalló el hijo del piloto.
“Estábamos haciendo un día normal de vuelo porque mi viejo vuela desde hace 30 años. Tiene un motor dos tiempos que hace un poco de ruido y quizás le molestó a alguien. Prefectura le pidió los papeles, se los mostramos, pero el casco es un prototipo que todavía no está certificado con matrícula”, agregó el joven, defendiendo la práctica habitual de su padre.
El caso generó curiosidad en la comunidad local y abre un debate sobre las regulaciones de este tipo de vehículos en espacios compartidos entre el agua y el aire.