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miércoles, noviembre 6, 2024
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El consumo de yerba mate cayó 8,8% en los primeros nueve meses del año

Producto de la sensible caída del poder adquisitivo, el consumo de yerba mate alcanzó el nivel más bajo de los últimos nueve años

El consumo de yerba mate en Argentina sufrió una caída del 8,8% en los primeros nueve meses de 2024, marcando el nivel más bajo de los últimos nueve años. Según el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) esta disminución es el reflejo directo de la crisis económica y la pérdida de poder adquisitivo de los argentinos. En comparación con 2023, se pasaron de 212 mil toneladas de yerba consumidas a 193,4 mil toneladas en el mismo período de este año.

A nivel exportador, la situación es aún más alarmante. Las exportaciones de yerba mate cayeron un 16,4% en lo que va del año, con descensos notables hacia mercados clave como la Unión Europea y algunos países asiáticos, que en los últimos años habían incrementado sus compras. Este doble golpe —caída en el consumo interno y descenso de las exportaciones— ha llevado a un aumento de stocks en los secaderos, que no logran vender toda la producción acumulada.

El informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) también señala que la relación entre el precio que recibe el productor y el precio de venta en góndola sigue empeorando. Actualmente, el productor solo recibe el 5,7% del precio final, lo que representa una caída de 1,3 puntos respecto al año pasado y de 2,4 puntos en comparación con el promedio 2020-2023. Este es el peor momento para los productores en términos de rentabilidad desde 2019.

Además, la situación se agrava por el aumento de importaciones de yerba mate. En los primeros nueve meses del año, las importaciones de yerba canchada (principalmente de Paraguay y Brasil) se dispararon un 149% en comparación con el mismo período de 2023. Esto ha permitido a los industriales pagar precios más bajos por la materia prima importada, lo que afecta directamente a los productores locales, que deben competir con costos más baratos. En consecuencia, los plazos de pago se han extendido, lo que genera un impacto económico negativo considerable para los productores nacionales.

En resumen, la caída en el consumo y las exportaciones, junto con el aumento de importaciones y la relación de precios desfavorable, crean un panorama muy difícil para los productores de yerba mate en Argentina, que enfrentan uno de los momentos más críticos de los últimos años.