Hasta el momento las encuestas muestran que ambos candidatos mantienen una paridad en el resultado.
El próximo 5 de noviembre se realizarán las elecciones presidenciales en Estados Unidos. A pocos días, Kamala Harris y Donald Trump mantienen un empate técnico, lo que abre la duda de qué podría pasar si ninguno logra conseguir la ventaja necesaria para ser electo.
Al momento, las encuestas muestran que ambos mantienen una paridad en el resultado, y los siete ‘swing states’ o estados pendulares serán claves para definirlo. Pero, ¿cómo se define al ganador si hay un empate?
El sistema electoral del país norteamericano cuenta con la particularidad de que los ciudadanos registrados no votan de forma directa a los candidatos presidenciales, sino que eligen a los electores por estado que designan quiénes serán el presidente y vicepresidente.
El Colegio Electoral cuenta con 538 representantes de cada uno de los 50 estados. Cada jurisdicción cuenta con una cantidad determinada de acuerdo a su población, siendo aquellos más habitados los de mayor peso.
Para ganar las elecciones y convertirse en presidente, un candidato debe obtener al menos 270 votos en el Colegio Electoral. Sin embargo, en un contexto de tanta paridad, existe la posibilidad matemática de que Harris y Trump obtengan 269 votos cada uno y queden igualados.
¿Qué ocurre en ese caso? La doceava enmienda de la Constitución establece un mecanismo para estos casos. La misma indica que habrán “elecciones contingente”, que le otorga el poder de decisión al Congreso para definir: la Cámara de Representantes elegiría al presidente, mientras el Senado al vicepresidente.
De esta forma, las elecciones legislativas podrían tener un rol importante en el escenario de paridad que hay al momento. Incluso existe la posibilidad de que haya un gobierno mixto, ya que la Cámara Baja podría elegir al presidente de un partido y el Senado al vicepresidente del otro.
En este escenario, cada estado tiene un voto, por lo que todos sin importar la cantidad de legisladores que tenga, deberán reunirse para definir a qué partido le darán su voto. La Constitución no obliga a los representantes a respetar la voluntad popular, por lo que es posible que pese a que un partido sea el más votado en un estado, luego en el Congreso puede apoyar al contrincante.
Hasta el momento, solo hubo dos ocasiones en las que el Congreso definió al presidente. La primera fue el 1800, cuando Thomas Jefferson y Aaron Burr quedaron igualados y la Cámara eligió al primero. Luego, se repitió en 1824, cuando John Quincy Adams fue elegido luego de que ningún candidato alcanzara la mayoría de los votos electorales.