El derrumbe del hotel geselino trajo a la memoria casos similares, algunos muy trágicos, ocurridos en la Costa Atlántica desde los años ’90.
El derrumbe del Hotel Dubrovnik en Villa Gesell encendió las alarmas sobre la situación de las construcciones en la Costa Atlántica y la labor de las municipalidades. De inmediato, vinieron a la memoria los antecedentes sobre otros desmoronamientos en la zona, que van desde la caída de balcones en Mar del Plata y el derrumbe de un techo en Santa Teresita al caso más recordado, cuando se vino abajo un balcón en Pinamar y fallecieron cuatro jóvenes en 1992.
Así, en julio de 2020 cayó una mampostería de un edificio en la ciudad de Mar del Plata y mató a una mujer que caminaba por el lugar junto con su hija y otra chica, quienes resultaron ilesas.
En enero de ese año se derrumbaron tres balcones de un edificio en Villa Gesell, ubicado en la Avenida Costanera N°69, entre Buenos Aires y 301. Los expertos comentaron en ese momento que la caída de uno de los balcones generó el efecto dominó, lo que ocasionó el desprendimiento hasta el suelo de la construcción.
En esta oportunidad no hubo que lamentar heridos ni víctimas fatales, pero el hecho sí generó terror al tratarse del inicio de la temporada de verano.
Mientras tanto, en 2018 en Mar del Plata dos balcones de un edificio ubicado en Punta Mogotes se desprendieron y mataron a Agustina Ferró, de 35 años, y a India Luzardi, su hija de 3.
Ese mismo año, pero en Santa Teresita, el techo de un centro cultural que se estaba construyendo se derrumbó y provocó la muerte de seis personas.
Al momento del desprendimiento trabajaban en el lugar 12 obreros.
Dolor por cuatro
El caso que más ha quedado en la memoria colectiva ocurrió un poco más alejado en el tiempo, en 1992. El hecho ocurrió el 27 de enero de ese año, cuando cuatro adolescentes de entre 16 y 18 años charlaban en el balcón del departamento 8° “E” del edificio Atica 1, ubicado en la calle De las Toninas de Pinamar.
En medio de la conversación la estructura del balcón se separó de la torre y cayó en picada hacia el estacionamiento. El brutal golpe contra el asfalto mató en el acto a los cuatro amigos.
Luego de una investigación, los responsables de la construcción del inmueble, los hermanos Juan y Andrés Majesky, fueron a juicio oral y recibieron una condena de tres años de prisión en suspenso y nueve de inhabilitación profesional.