12.1 C
San Nicolás de los Arroyos
domingo, diciembre 22, 2024
Edición Diaria
Edición N°

PEDRO NOVAU: “TENÍAMOS TRANQUILIDAD EN SAN NICOLÁS, AUNQUE SIN UN PESO”

INTENDENCIA EN TIEMPOS DE CRISIS

El ex-intendente de San Nicolás, Pedro Novau, dialogó con EL NORTE para acercar nociones acerca de cómo se vivió en San Nicolás el estallido social del año 2001, en el marco de su aniversario número 20. Con cautela y previsión, cuenta el mandatario retirado, nuestra ciudad pudo mantenerse a flote con una suerte que no todo el país pudo correr en aquel diciembre negro para la historia.

Carolina Mitriani
[email protected]

Un mandato más que difícil, cumplido entre los años 1999 y 2003, encontró a Pedro Novau en el mayor escalafón de la dirigencia local. El designio de la elección popular lo ubicó como intendente en el prólogo y escena principal de la crisis que golpeó económica y socialmente a la Argentina. “Las cosas fuertes que le ocurren a uno en la vida es difícil que se borren. Y eso fue muy fuerte”, retrata Novau, sin escapar a la memoria que construye.



“El clima era terrible, caótico a nivel nacional. Cosa que no ocurrió en San Nicolás. Por suerte controlamos la situación porque veníamos ordenados, hicimos prevenciones porque veíamos venir la crisis. Yo lo advertí varios meses antes y empecé a ajustar en cosas que no eran tan necesarias porque ya se notaba que había un problema en el contribuyente que no podía pagar las tasas, ya en abril y mayo del 2001”, cuenta Pedro Novau, marcando que eso le permitió llegar con una Municipalidad ordenada entre tanto caos.

Ayuda en primera línea

En el trágico diciembre la cordura política se encontraba desbordada, colapsada en múltiples puntos de Argentina donde los saqueos, las represiones, muertes y protestas estaban a la orden del día. Pero, cuenta el intendente de aquel momento, “teníamos tranquilidad en San Nicolás, aunque sin un peso”. Considera el ex mandatario que esto fue posible gracias a que “la comunidad de San Nicolás acompañó. Los presidentes de barrio fueron gente que, más allá de la pertenencia política, ante todas las cosas pusieron los intereses del barrio y sus vecinos. Eso me ayudó mucho con la contención”.



Por el lado del Honorable Concejo Deliberante el acompañamiento también fue en pos de mantener a la ciudad en el mejor clima posible. Esta instancia llegó con el HCD con mayoría del Partido Justicialista en su conformación y la presidencia del mismo a cargo de Daniel “Cachi” Castaño. “Hubo una madurez política extraordinaria demostrada por los concejales del justicialismo”, recuerda Novau y agrega que existía una constante “predisposición y preocupación por lo que se venía, porque no sabíamos adonde llevaba todo esto”.

Pedro recuerda que la situación del recinto “era  constructiva porque todos podrían haber aprovechado la situación”. La única contraposición que surgió en esos momentos difíciles llegó desde un sector del radicalismo, según retrató Novau: “Creyeron con ambiciones personales que era la de ella. Hicieron algunas maniobras de desestabilización, pensando que como se iba De La Rúa me tenía que ir yo también, pero no tuvieron éxito porque nadie los acompañó. No estuvieron a la altura de las circunstancias”.



Permanecer en la crisis

Novau expresa con sinceridad que “la noticia del helicóptero, de la renuncia, a mí me provocó una sensación de alivio. La estaba esperando porque ya no resolvía más nada De La Rúa, se tenía que ir. La crisis le aviso que había que tomar medidas, no escuchó y siguió haciendo ajustes”. Toma a esa renuncia como la principal medida que se necesitaba para tranquilizar el fervor social porque ya iban llegando a San Nicolás las noticias de fallecimientos –que rondaron las cuatro decenas en total, a causa de la represión de las fuerzas armadas- y eso “era gravísimo, había que pararlo”.

“Renuncié porque la realidad me superaba” fue la expresión con la que De La Rúa admitió que su cargo no podía sostenerse. Para Pedro Novau, hubo errores “muy graves y muy groseros” por parte del equipo de aquel presidente. “Durante diez años dijimos que había que reformular la reconvertibilidad porque iba a terminar en un estallido social. Porque es un programa de estabilidad que sí dio sus resultados, porque salimos de la hiperinflación. Pero se hizo un ajuste severo y se entregó el patrimonio nacional, la soberanía de nuestros recursos naturales, algo gravísimo”, recuerda con cierto dolor en su voz Novau, agregando que “todo eso sirvió para darle una estabilidad a la moneda. Pero eso tiene un tiempo de vencimiento, que llegó al final del gobierno de Menem. Necesitaba un timón a la economía para reencausar el camino del país y no sucedió”.



Fueron 45 los intendentes que, a lo largo y ancho del país, renunciaron a sus cargos. “No soportaron la presión, no pudieron sostenerse. La gente protestaba porque había dolor en el bolsillo y en el alma”, expresa Pedro Novau.Algunos municipios atravesaron particularmente mal la crisis y la falta de rumbo de sus dirigentes derivó en más problemas. “Una de las razones por las que yo no tuve ningún problema en lo personal fue que en cada manifestación yo salía y los atendía. Había que dar la cara”, recuerda el ex intendente, agregando que lo que permitió sobrevivir con la crisis fue su insistencia severa con la transparencia y honestidad.

En la previa de su asunción, Novau no podría ni haber imaginado el rol que ocuparía en 2001, y admite que tenía un montón de ilusiones, de ganas de hacer muchas cosas. “Las intenté, algunas a medias porque el contexto no lo permitía y se hicieron hasta donde se pudo porque no había fondos. Entonces había que ver las prioridades”, recuerda. Su rol se vio también abarcado por el de secretario de Hacienda porque pedía los datos y dirimía con ellos las prioridades. Las principales eran pagar los sueldos municipales, sostener el agua potable con sus insumos comprados con previsión y sostener los servicios públicos de barrido, limpieza y recolección de residuos. “Trabajé las 24hs. Si me llamaban a la madrugada tenía que estar para resolver los problemas. En ese momento todo se expandía como una mancha de aceite por el clima”, retrata Novau.



El ex intendente nicoleño resalta que tener a Felipe Solá como gobernador fue una ventaja porque tenían un buen trato. “A él le tiraron la provincia con una deuda pavorosa, con una crisis tremenda. Con él empezamos a resolver el pago de proveedores fundamentales en la parte higiénica de la ciudad”, recuerda. Además, destaca que Buenos Aires es la única provincia que devolvió el 100% de los bonos patacones cuando se restituyó la moneda de curso legal.

Un modelo perpetuado

“Seguimos con el modelo y últimamente trajimos al padre del modelo y lo pusimos de ministro de Economía: Felipe Domingo Cavallo”, analiza el intendente de mandato cumplido en 2003. Muchos discursos han reenaltecido recientemente las tareas realizadas por una de las principales figuras negativas de la crisis del 2001 y Novau admite que esto lo preocupa “porque hay un corrimiento ideológico que es producto de un gran proyecto político de grupos concentrados del poder económico internacional, que tienen aliados y socios en el país, y lo van llevando hacia un modelo neoliberal que no tiene nada que ver con los intereses argentinos”. Ante la aparición de artífices del estallido socio-económico “como los salvadores” para la actualidad, Pedro Novau contempla y advierte que “se están reivindicando todos estos modelos nefastos que ha tenido la Argentina. Realmente tengamos cuidado porque me parece que así vamos por mal camino”.



Cada tanto aparece alguna declaración en la que se siembra la reaparición de una crisis como la sucedida en aquel oscuro diciembre. Ante estas, el ex intendente nicoleño considera que “hay un espíritu de agitación de muchos que desean que se repita o sembrar el caos, el miedo. Es un concurso de quién miente mejor. Hay intereses muy fuertes, una voracidad económica. Esto, con el paso de los años, nos va dejando a millones de personas en la pobreza y debajo de la línea de indigencia”.