A través de una inquietud de la Comisión Directiva que había asumido poco tiempo atrás, en marzo del año pasado llegó el vóley al Club Social y Democrático de Gral. Rojo. El “Profe” Nicolás Rocha presentó un proyecto para desarrollar la disciplina y desde entonces la actividad pasó a ser un suceso en el pueblo. Hoy, la practican 120 personas, de entre 6 y 52 años.
Un pensamiento que se transforma en idea; y que luego pasa a ser un plan. Y decisión. Eso es suficiente para poder llevar adelante una aspiración. Con ello alcanza para movilizar a una comunidad. A través de una inquietud de la Comisión Directiva que había asumido poco tiempo atrás, en marzo del año pasado llegó el vóley al Club Social y Democrático de Gral. Rojo.
Convocado por el grupo de trabajo que tomó las riendas de la institución, el “Profe” Nicolás Rocha presentó un proyecto para desarrollar la disciplina y desde entonces la actividad pasó a ser un suceso en el pueblo. Hoy, la practican 120 personas, de entre 6 y 52 años en el viejo playón, en el que mil historias brotan de sus baldosas, entre la pileta y el histórico frontón. Niñas y niños, adolescentes, hombres y mujeres de todas las edades. En definitiva, rojenses que tenían el deseo profundo de realizar algún deporte pero que no encontraban la opción ideal para cubrir esa necesidad; interés que en gran medida se despertó tras el paso arrollador de la pandemia.
“Los nuevos directivos del club cuando asumieron coincidieron en que debía practicarse algún deporte en la institución y luego de que en una reunión se realizara una votación, se decidió que la disciplina a desarrollar era el vóley. Yo ya había con algunos dirigentes y me pidieron que presentara una idea y así fue como arrancamos en marzo del año pasado”, contó en diálogo con EL NORTE Nicolás Rocha, el apuntado para impulsar desde los hechos esta interesante iniciativa. Y se transformó luego en el indicado para hacerlo, pues “Nico” es un apasionado del deporte.
Esa pasión, inclusive, lo llevó a recibirse de Profesor de Educación Física, “ya de grande” según señaló el joven de 38 años. Este no es su medio de vida. Aunque sí algo que lo moviliza. “Yo trabajo en la fábrica, no ejerzo como Profe en ninguna escuela, pero el vóley me gusta mucho, fue por eso que hice en su momento el curso de Nivel I a nivel provincial”, comentó.
Junto a su novia, Delfina Hernández, son los encargados de programar los entrenamientos y de organizar todo, en un espacio físico que “ya quedó chico”, de acuerdo a lo que manifestó el propio Rocha.
“Empezamos con 20 jugadores y cuatro pelotas y hoy tenemos 120 personas, algo totalmente impensado realmente, porque al principio la idea era que el club empezara a tener más vida durante todo el año y ahora toda la semana hay un movimiento de gente impresionante por el vóley”, destacó Nicolás, quien luego puntualizó que “todos los meses se siguen sumando dos o tres personas mínimo”, cuando hasta el 2023 ninguna relación había entre el vóley y la localidad del Partido de San Nicolás, más bien relacionada históricamente con el fútbol, ya sea en otros tiempos con Boulevard o Mataderos o desde hace poco más de veinte años a la fecha con General Rojo Unión Deportiva.
En relación a este fenómeno, el entrenador marcó: “Ya tenemos armadas la mayoría de las categorías, que son Bajitos, Premini, Mini, Sub-12, tenemos jugadores en Sub-14 y Sub-16 que no pudimos completarlas todavía y Mayores Femenino y Mayores Masculino”. “Los entrenamientos son los lunes a jueves de 19.00 a 22.30 y estamos teniendo competencia dos o tres fines de semana al mes, ya sea jugando con los Mayores en una Liga Regional con equipos de Ramallo, Baradero, San Nicolás, La Emilia y Pérez Millán y también participando de Encuentros con los más chicos en la Asociación de San Nicolás, en la que apuntamos a jugar de manera oficial con todos los jugadores afiliados en el futuro”, visualizó.
Con rifas o con otras acciones –como la organización de torneos internos- se pudieron adquirir elementos y materiales deportivos, condición indispensable para poder trabajar con semejante volumen de alumnos. “En cuanto a infraestructura nos quedó chico el lugar, por eso en el futuro sería algo positivo que se pudiera techar el playón, sobre todo porque se hace difícil practicar en invierno a la noche por el frío o cuando llueve. Y vamos a ver si podemos sumar algunos Profes más para que nos ayuden”, manifestó Nicolás, al proyectar los próximos desafíos.
Esa es una meta, un objetivo, más que posible de concretar si se mantienen este espíritu y este empuje. Lo que es una realidad es que el vóley llegó para quedarse a Rojo. Y que es para todos. Es cuestión de animarse a soñar.