Los médicos expresan su preocupación por el aumento de casos de cáncer en menores de 50 años que, entre otras razones, se debe a factores de riesgo que se pueden prevenir.
El aumento de casos de cáncer en menores de 50 años se debe al un consumo excesivo de comida ultraprocesada entre las generaciones más jóvenes, que tienden a comer más fuera de casa, opina el oncólogo estadounidense Nicholas DeVito, de la Universidad Duke.
En un artículo para STAT News, el especialista en cáncer destaca que cada nuevo paciente que llega a su clínica tiene menos de 45 años. “Se estima que el 40 % de los cánceres en EE.UU. son causados por factores de riesgo que se pueden modificar, incluido el uso de productos de tabaco, un estilo de vida sedentario y el consumo de alimentos ultraprocesados”, escribe DeVito.
Una tasa “preocupante”
Varios estudios han advertido que el consumo de grandes cantidades de alimentos ultraprocesados (UPF, por sus siglas en inglés), como las bebidas azucaradas y la comida rápida, está asociado con un mayor riesgo de multimorbilidad relacionada con muchos tipos de cáncer y enfermedades cardiometabólicas.
“Si bien las tasas de algunos tipos de cáncer están disminuyendo, varios cánceres gastrointestinales están aumentando entre las personas menores de 50 años”, subraya DeVito, añadiendo que es preocupante que la tasa del cáncer de las vías biliares y el estómago se incremente con cada generación más joven.
Además, estudios recientes sobre los UPF concluyen que cada aumento de 10 % en el consumo de dichos alimentos está vinculado a una mayor incidencia de cáncer en general, especialmente cáncer de mama y ovario. Por otro lado, una dieta compuesta en su mayoría por alimentos ultraprocesados se asocia con más de 30 problemas de salud, como cánceres de colon y recto, obesidad, enfermedades cardíacas, diabetes y otras afecciones metabólicas.
¿Por qué pasa esto?
El consumo de la comida ultraprocesada puede afectar y alterar la microbiota intestinal del organismo de manera directa. Recientes estudios han demostrado que el consumo de UPF pueden impactar en la composición de la flora intestinal, provocar inflamación, disbiosis metabólica y perjudicar las funciones cerebrales.
Del mismo modo, las dietas ricas en grasas saturadas, azúcares y aditivos reducen la cantidad de bacterias beneficiosas que se encargan de mantener la barrera intestinal, mientras producen un aumento de las bacterias nocivas que provocan inflamación.
La conexión entre el cáncer y la salud intestinal
Aunque en general se cree que el cáncer es una enfermedad causada por características genéticas y factores ambientales, también se apunta que la microbiota intestinal podría representar unos 20 % de los cánceres.
“Una gran proporción de nuestras células inmunitarias viven en el intestino, alrededor del 70 %”, comentó la doctora de una clínica oncológica Frankie Jackson-Spence, explicando que si la flora intestinal no está en buen estado por no alimentarse con sustancias naturales, es probable que el sistema inmunológico tampoco esté funcionando de manera óptima, lo que constituye un factor de riesgo para el cáncer.
¿Qué productos se deben evitar?
Antes que nada, los expertos aconsejan evitar consumir la comida ultraprocesada, incluido las salchichas, ‘nuggets’ de pollo, sopas instantáneas, pan producido en masa y cereales azucarados. “El mayor problema de los alimentos ultraprocesados es que carecen de nutrientes, por lo que la gente los consume en exceso porque el cuerpo busca nutrientes y no los adquiere de ellos”, explica la nutricionista Stephanie Moore.
En segundo lugar, se trata de alimentos fritos, azúcar y edulcorantes artificiales que pueden ser muy perjudiciales para el intestino, además de que no aportan ningún beneficio nutricional, al igual que los batidos de proteínas y alcohol, que también son tóxicos para el hígado y el intestino.
En este contexto, los expertos recomienda incluir en la dieta verduras, granos integrales, bayas, pescado, frijoles y frutos secos.